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sábado, 31 de diciembre de 2016

Lo que el escenario nos dejó en la ciudad de La Plata en el 2016

TIEMPO DE BALANCES 

Un repaso por la actividad teatral de esta temporada

“Cantando sobre la mesa” en el Coliseo Podestá 



















Por Irene Bianchi
DIARIO EL DIA

Cruzando la 32, disfrutamos este año de bellísimos espectáculos. El inefable “Cirque du Soleil” quitó literalmente el aliento con “Kooza”, un show de altísimo riesgo e indescriptible impacto visual. Otro que nos hizo volar fue “Peter Pan”, en versión de Marisé Monteiro, protagonizada por Fernando Dente y Natalie Pérez, dirigida por Ariel del Mastro: un tanque taquillero de las vacaciones de invierno en el Gran Rex. Al cumplirse este año 400 años de la muerte de William Shakespeare y de Miguel de Cervantes, Patricio Orozco ideó una pieza que liga a ambos autores, “Cardenio”, luciéndose en el marco de un bello teatro puesto en valor en Villa Urquiza: el 25 de Mayo (donde cuenta la leyenda que cantó el mismísimo Zorzal Criollo). Otro marco de lujo para un actor ídem fue el Teatro Colón, donde nada menos que Al Pacino dialogó amablemente con Iván de Pineda, contando detalles sobre su vida y su método “sui generis” a la hora de componer. No actuó, es cierto, pero no era eso lo prometido. En el Complejo La Plaza nos sentamos a la mesa de “Dinner”, inquietante pieza de Moira Buffini, dirigida por Valeria Ambrosio, con un notable trabajo de Willy Lemos, y el debut actoral de Alejandro Veroutis.

Aquí cerquita, en Gral Belgrano, asistimos al Primer Encuentro Nacional de Teatro de Cámara, organizado por José Lugones y Claudia Berthoud en el Centro Cultural “El Suplicante”. La obra que cosechó más premios fue “Ensayo para una renuncia”, protagonizada por un actor de El Bolsón, Gerardo Schwartzman.

En nuestro Teatro Municipal Coliseo Podestá los platos más fuertes fueron tres: “Hoy El Diario de Adán y Eva”, de Mark Twain, dirigida por Manuel González Gil, con Miguel Angel Solá y la española Paula Cancio. Tan magnética como hace 20 años. “Ni con perros ni con chicos”, un producto de Fernando Albinarrate: deliciosa comedia musical que gira en torno al legendario Charles Laughton, con un sobresaliente Omar Callichio. “Los Monstruos”, escrita y dirigida por Emiliano Dionisi, con música y letras de Martín Rodríguez, y los descomunales trabajos de Natalia Cociuffo y Mariano Chiesa. También volvió la simpática y verborrágica Pilar Sordo, que convocó a multitudes femeninas, desafiándonos a “Ser Feliz”. Dentro del Plan Nacional de Giras del teatro Nacional Cervantes, se presentó “Los Corderos”, escrita y dirigida por Daniel Veronese, con una infalible María Onetto, actriz verosímil si las hay. El polifacético licenciado Gabriel Rolón buceó el inconsciente colectivo con sus “Historias de Diván”, con un destacado trabajo del actor platense Alejo García Pintos. Una propuesta absolutamente olvidable, a pesar del excelente elenco, fue “Jugadores”, de Pau Miró. Dos actorazos, Rodrigo de la Serna y Pompeyo Audivert, ofrecieron “El Farmer”, interesante adaptación de la novela de Andrés Rivera sobre un personaje amado y odiado como Rosas. Patricia Etchegoyen, Silvina Bosco y Viviana Saccone son las tres de “Tres”, comedia livianita sobre las familias monoparentales tan típicas de los tiempos que corren. Y la primera producción integral del Coliseo Podestá, que hará temporada de verano en el Teatro Auditórium de Mar del Plata, es “Cantando sobre la mesa”, un clásico infantil del recordado Hugo Midón, con música original de Carlos Gianni, dirección musical de Hernán Matorra, puesta en escena y dirección general de Gstón Marioni.

En la Sala Armando Discépolo de la Comedia de la Provincia vimos: “Poeta en Nueva York”, un “tour de force” de Gustavo Parodi, dirigido por Mariano Dossena, que le pone el cuerpo a la poética de Lorca. Diego Biancotto estrenó “Re-Animé”, una nueva travesura en blanco y negro que prescinde de la palabra hablada, para apostar al rico lenguaje gestual y corporal de Estanislao Pedernera y Lisandro Amado, siempre desafiando al espectador a decodificar el mensaje. En otra propuesta que liga a Shakespeare y Carvantes, Sebastián Pajoni pergeñó “El Viejo Otelo”, fusión de “El Viejo Celoso” y “Otelo”, protagonizado por Carlos “el Chuzo” Juárez, quien lamentablemente “partiera de gira” tiempo después. Tatiana Santana dirigió una pieza de Ariadna Asturzzi, “Con el alma aferrada”, con un elenco integrado por Santiago Otero Ramos, Mabel Campos, Ricardo “Mono” Ibarlín y la graciosísima Anabella Degásperi. Roberto Arlt se hizo presente en “Arlt x 3”: 3 piezas breves. “La juerga de los Polichinelas”, “Prueba de Amor” y “Un hombre sensible”, dirigidas respectivamente por Marcelo Xicarts, Marta Riveros y Claudio Rodrigo. Otra propuesta de la Comedia de la Provincia fue un ciclo de unipersonales organizado durante la breve gestión del actor platense Jorge D’Elía. El último de dichos monólogos, “Fenómeno”, de y por Eduardo Calvo, no estuvo a la altura del resto.

El Teatro Estudio abrió la temporada con “Alfonsina habita en mí”, unipersonal interpretado por Yanina Zanier Quintas, acompañada musicalmente por Santiago Epele, escrito por la actriz junto a Emilio Berasain y Martín Mendivil: acrobática recreación del imaginario de la Storni, que toma como punto de partida la casa que el destino quiso que poetisa y actriz habitaran. Emiliano Dionisi y Julia Gárriz deslumbraron con su “Romeo y Julieta de bolsillo”, maratón shakesperiana, llena de ingenio y humor, en la que esta formidable dupla se multiplica en innumerables personajes. María Inés Portillo y Mariela Marconi dieron varias “Vueltas entre Hierbas Naturales”: amable comedia escrita por la primera, dos miradas sobre el universo femenino, opuestos complementarios, dirigida por Adrián Di Bastiano.

La Portillo también presentó “Diagonando Cuentos”, en Espacio Arte Vivo: una serie de relatos, algunos de ellos propios, y una cálida referencia a su San Juan natal.

En “La Nonna” vimos “Patova”, de Alfredo Megna, unipersonal a cargo de José “Pepe” Monje, dirigido por Eduardo Lamoglia. Enorme compromiso físico y emocional de un actor con grandes recursos. Y “Mujeres de Ceniza”, comedia pasatista de Martín Guerra y Sergio Marcos, en la que Luisa Albinoni se lleva los laureles.

La Sala 420 presentó dos espectáculos de alto impacto. “Electra”, otra singular creación de los portugueses de la “Compañía Do Capito” (de quienes habíamos visto un formidable “Edipo”). Alarde imaginativo encarnado por los actores Nadia Santos, Jorge Cruz y Tiago Vegas. “El Sueño de los Elefantes”, experiencia sensorial a ojos cerrados, tremendamente movilizadora, con Alejo Duek, Josefina Casco, Matías Tozzola, Manuel Vidal, Manuel Rodríguez, Paco Cabral, Francisco Acebal, Hernán Asconiga y Guido Kohn. También en la sala de la calle 42 se presentó Verónica “Pampa” González, con su “Viajera del Río”, dirigida por Gustavo vallejos (Devenir). Emocionantes historias verídicas de inmigrantes, seres frágiles que huyen de guerras, hambrunas, persecuciones, en busca de tierras acogedoras y hospitalarias (como la nuestra), donde echar raíces.

En “Las Tablas” vimos “Venecia”, bella obra de Jorge Accame, dirigida por Paula Boero, interpretada por Carmen Baistrocchi, Gladys Cadelli, Adrián Di Pietro, Fabián Martin, Nicolás Moll y Andrea Roma. Comedia dramática que culminó una exitosa primera temporada a sala llena. Un clásico de Alejandro Casona, “Los árboles mueren de pie”, adaptada y dirigida por Gastón Beltramini, con MIrta Azzano, Gustavo Sala Espiell, Carolina Mónico, Gastón Beltramini, Soledad Molina, Vilma Filippi y Walter Rodríguez Busilachi. Cuando la mentira es la verdad. “Las Tablas” también hospedó a Sebastián Richard y su creativa y sutil dramatización de textos de Lorca en “Federico, homenaje a mi mismo”.

En “El Escape”, Diego Biancotto y Mauricio Rodríguez pusieron en escena “Fahrenheit, la otra historia”, excelente propuesta que ya tiene en su haber una gira por el Líbano, y proyectada otra europea el año entrante.

En “El Bombín” vimos “Cruising”, arriesgada pieza de Julián Arenas, que aborda un tema sórdido con humor; obra coral con historias que se enlazan y se entrecruzan.

En “El Escudo”, Omar Sánchez compartió una descarnada lectura de la realidad en “Sol Quieto”, con un elenco de actores-acróbatas-bailarines, en una perturbadora puesta coreográfica.

Dos animales de teatro, Roberto Conte y Nico Stratico, dirigidos una vez más por Norberto Barruti, ofrecieron en el Taller de la Universidad una conmovedora historia de amor trunco, “Príncipe Azul”, de Eugenio Griffero, recibiendo un merecidísimo aplauso de pie tras cada función.

En un año fatídico para la música (perdimos a Prince, Bowie, Cohen, Michael, Salgán, Mores), tuvimos el privilegio de recibir en el Estadio Unico de La Plata a bandas emblemáticas: Paul Mc Cartney, The Rolling Stones, Coldplay, Aerosmith. Un festín.

Hubo otro actor platense que se fue de gira, cuyo nombre es sinónimo de los orígenes del teatro independiente en la ciudad. Juan Carlos De Barry, “alma mater” de La Lechuza, sala que sigue viva gracias a la docente y actriz Laura Clide, su hija.

Una temporada rica, variada, con producciones locales cada año más logradas. ¡Chapeau!

jueves, 22 de diciembre de 2016

De la tragicomedia al sainete, un año para todos los géneros

Ricardo Bartis estrenó su versión de Hedda Gabler, de Ibsen

BALANCE DE LA TEMPORADA TEATRAL 2016 EN CABA

En medio de restricciones y los tarifazos, la actividad teatral validó su espacio proponiendo y contestando. Entre las tendencias temáticas que ganaron terreno se destacan la problemática de género, la familia y la militancia en los 70.

Por Cecilia Hopkins
Pagina12 | Cultura y Espectáculos

Tragedia y drama, comedia y tragicomedia, grotesco, sainete y hasta comedia bizarra, todos los géneros teatrales parecieron aportar sus particularidades a lo largo de todo el año, en los diferentes escenarios donde se hicieron públicos los devenires políticos del país. Pero como siempre ocurre, el teatro insiste en validar su espacio y con la terquedad que lo caracteriza continuó proponiendo y contestando. Aún a pesar de los tarifazos y de la retracción del público, dos hechos íntimamente relacionados que sufrieron grupos y salas por igual. Un estado de cosas éste que motivó estrategias de protesta como el llamado Apagón Cultural, en el mes de mayo, o las “24 horas de resistencia teatral” que organizó en septiembre el colectivo Espacios Escénicos Autónomos. Este diario consignó las experiencias teatrales de algunos artistas, muy pocos si se considera la enorme cantidad de estrenos que se concretaron durante el 2016. El repaso de algunos de ellos da pistas acerca de las inquietudes de, al menos, una porción de la escena porteña.

Año a año aumenta la cantidad de obras que, en las más diversas claves estéticas abordan problemáticas de género. Escrita por Natalia Villamil, dirigida por Ana Alvarado, Sola no eres nadie narró la historia de una chica trans que realiza un viaje de reconocimiento personal que la libera del círculo de prejuicios que la condena. Sobre cuerpos en pugna entre lo masculino y lo femenino, Gurisa, de Toto Castiñeiras, creó una galería de personajes en estado de desesperación. Martín Flores Cárdenas, en su versión de Otelo, de Shakespeare, puso el foco sobre la esposa asesinada por los celos del moro. Por su parte, Emiliano Delucchi dirigió Segundo Tiempo, de Ricardo Halac, quien realizó una revisión dramatúrgica con el objeto de poner al día los temas vinculados a la violencia contra la mujer. El director Hugo Urquijo estrenó Doña Rosita la soltera, de Lorca, en adaptación realizada junto a Graciela Dufau, a la búsqueda de un nuevo perfil de la novia abandonada. Por otra parte, El grado cero del insomnio representó para Emilio García Wehbi “una excusa para hablar de la negación de la condición de lo femenino en el arte, la cultura y la política”. Patricio Abadi con su obra Frida reivindicó la importancia de la voz femenina en la historia del arte y, sobre el concepto de belleza, La suerte de la fea, de Mauricio Kartun,  con dirección de  Paula Ransenberg, se refirió a los traumas femeninos sobre el propio aspecto. Marcelo Savignone en Mis tres hermanas. Sombra y reflejo, potenció el universo femenino y le encontró resonancias políticas inesperadas. La lucha de una mujer por lograr sus objetivos fue el tema central de El diccionario, obra del granadino Manuel Calzada, con dirección de Oscar Barney-Finn, sobre la vida de la bibliotecaria y lexicógrafa española María Moliner.

La familia es un tema que desde hace años inspira a muchos teatristas, Así, el director Jorge Azurmendi eligió Independencia, del norteamericano Lee Blessing, y En boca cerrada, de Juan Carlos Badillo, para realizar sendos retratos de estructuras familiares que impiden el desarrollo de sus integrantes. La misma Alvarado, en su puesta de Münchhausen, de Lucila Vilanova, eligió tomar el aspecto clínico de la obra para convertirlo en metáfora de una familia en problemas. Otro texto, El nombre de la luna, de María Emilia Franchignoni,  también inspirado en un síndrome psicológico, se refirió a la situación de jóvenes que buscan aislarse como respuesta a la rigidez de la educación recibida. En otra cuerda expresiva, en Todas las canciones de amor, de Santiago Loza, con dirección de Alejandro Tantanian y actuación de Marilú Marini, una mujer intenta cambiar la relación que mantiene con su hijo mientras espera su llegada del exterior. Obra con la que se reabrió el Teatro de la Ribera, El andador, de Norberto Airoldi con dirección de Andrés Bazzalo, abordó el tema de las expectativas femeninas en la pareja para referirse a los cambios producidos entre la época en que la obra fue escrita, los años ‘60, y el presente. Acerca de los ancianos cuyas familias deciden dejar librados a sus suertes en una residencia geriátrica, en su visita al Teatro Cervantes, la compañía española La zaranda presentó El grito en el cielo, espectáculo que, según la costumbre del grupo andaluz, también se propuso ligar lo risible con un lirismo cruel y surreal.

Aún cuando las obras estuvieron ambientadas en el pasado y en territorios indeterminados, muchos espectáculos buscaron referirse a problemáticas nacionales del presente. Augusto Fernándes estrenó 1938. Un asunto criminal, obra de su autoría sobre el nazismo que reflejó una crisis del pensamiento que, según su comparación, remite a la actualidad. Con dirección de Enrique Dacal subió a escena Los yugoslavos, del español Juan Mayorga, acerca de la soledad que se vive en las grandes ciudades. Un hombre equivocado, de Roberto Cossa, con dirección de Villanueva Cosse alertó sobre los absurdos de la burocracia.  Desde una estética onírica y cinematográfica, Osvaldo Peluffo dirigió Cámara lenta, de Eduardo Pavlovsky, una metáfora de la Argentina. En Nerium Park, del catalán Joseph María Miró, con dirección de Corina Fiorillo, una pareja busca sobrevivir a una realidad social de ajustes y recortes. En Conurbano, creación del Teatro Sanitario de Operaciones, la geografía bonaerense fue el centro de una reflexión visual sobre los cambios económicos y políticos. En El pescado sin vender, el actor y director Norberto Gonzalo propuso un conjunto de reflexiones sobre el pasado y la actualidad del país. 

Y sobre la crisis de 2001, Clara, con dramaturgia y dirección de Sofía Wilhelmi, desarrolló una trama ligada al thriller, con toques de telenovela y drama.

También aumentan año a año los espectáculos basados en historias de militantes de los ‘70. El director Héctor Levy-Daniel estrenó La fundación, de Susana Torres Molina, obra situada en tiempos de la última dictadura, en una supuesta organización cristiana encargada de entregar bebés en adopción. En 25 millones de argentinos, el autor, actor y director Lisandro Fiks se refirió a la lucha armada sobre el fondo del Mundial’78, elaborando una metáfora de la polarización ideológica de aquella época. Con dirección de Andrés Bazzalo, Los sirvientes, obra de Adriana Tursi, narró las últimas horas de Juan Domingo Perón, pero desde el punto de vista del personal de servicio de la quinta de Olivos. El familiar, obra de Oscar Vázquez, con dirección de Gabriel Fernández Chapo, abordó desde una perspectiva histórica las desapariciones de militantes en el norte argentino. Y Lautaro Perotti, en Cronología de las bestias, se refirió a historias de apropiación de bebés durante la última dictadura cívico-militar.

Entre los espectáculos basados en material narrativo o lírico, Francisco Lumerman dirigió No daré hijos, daré versos, obra de Marianella Morena, sobre la poeta uruguaya Delmira Agustini. Pablo Mascareño estrenó Alucinado suceso de lo desconocido, obra inspirada en el mundo literario de Dostoiesvki. Otros espectáculos fueron estructurados en base a historias de personalidades de la literatura. Como Mil Federicos, de Mariana Mazover, recorrido intencionadamente arbitrario por la vida y obra de García Lorca, interpretado por Hernán Lewkovicz. O Beckett y el mundo de las abejas, obra de Rubén Pires que bajo su propia dirección estrenó sobre la novela La apicultura según Samuel Beckett, del francés Martin Page. Y como homenaje a un escritor de culto nacido en Buenos Aires, Carlos Correas, la voluntad de vivir, de Bernardo Carey, fue estrenada bajo la dirección de Daniel Marcove.

Diego Lerman, Marcelo Pitrola y María Merlino crearon una versión libre de La dama del mar, del noruego Henrik Ibsen. Del mismo autor, el actor y director Ricardo Bartis estrenó su versión de Hedda Gabler, para referirse a una clase social en decadencia.  Por su parte, el actor y director Juan Manuel Correa estrenó Antígona, de Sófocles según la traducción de Elisa Carnelli y Alberto Ure. La puesta trasladó la acción a una rave donde el rey de Tebas da a conocer sus decretos para terminar con el caos de la polis. Con su versión de Tartufo, de Molière, el director Hugo Alvarez buscó referirse al momento sociopolítico actual al retratar al protagonista como un encantador de serpientes que engaña a quienes eligen creer en sus promesas. Por su parte, Francisco Civit dirigió una versión de Ricardo III en la que 13 actores encarnaron al protagonista, el despótico personaje de Shakespeare, con la idea de subrayar que todos son cómplices de las iniquidades del poder.


miércoles, 21 de diciembre de 2016

Temporada 2016 Teatro Argentino La Plata

 

Teatro Argentino de La Plata -Temporada 2016. 

Fuente: Centro Provincial de las Artes Teatro Argentino

martes, 20 de diciembre de 2016

El Coliseo se muda a la playa durante el verano

 

DE LA PLATA A LA FELIZ

“Cantando sobre la mesa”, la exitosa producción del teatro municipal con Caramelito y Martín Ruiz, hará temporada en Mar del Plata

20 de Diciembre de 2016 
“Cantando sobre la mesa”

La exitosa primera producción integral del Coliseo Podestá, que se ofreció gratuitamente durante todos los días de las vacaciones de invierno, volverá al ruedo y a lo grande. Desde la primera semana de enero, “Cantando sobre la mesa”, el infantil protagonizado por Caramelito y Martín Ruiz, hará temporada en Mar del Plata, con funciones diarias en la Sala Astor Piazzolla del Teatro Auditorium.

La pieza de Hugo Midón, que se ofreció en el teatro local con la colaboración de los talleres del Teatro Argentino en el diseño de vestuario -Kitty Di Bartolo- y escenografía -Martina Urruty-, incluye música original de Carlos Gianni, dirección musical de Hernán Matorra, y puesta en escena, coreografías y dirección general de Gastón Marioni, director del Coliseo Podestá.

Con entradas populares a $50, habrá funciones desde el 4 de enero al 22 de febrero, todos los días, a las 20.30.

Juan Manuel Besteiro, Nicolás Serraiti, Laura Bertonazzi, Ayelén Godoy y Nicolás Acosta completan el elenco de “Cantando sobre la mesa”, que incluye también una orquesta en vivo integrada por Joaquín Blas Pérez, Juan Sleigh, Eugenio Masa y Hernán Matorra.

Tres mesas, algunas sillas y la infalible imaginación abren la puerta a un viaje sorprendente, acompasado por temas que han cantado generaciones de chicos y chicas en una puesta en escena de gran despliegue que invita a la familia a revivir la magia del teatro.

De este modo, una de las piezas más emblemáticas de quien ha sembrado y constituido las bases del teatro infantil argentino, enriquecerá la cartelera marplatense durante las vacaciones de verano.

Las localidades se pueden adquirir en la boletería del Teatro (todos los días de 10 a 23) o a través de Plateanet.com.

SE VIENE LA SEGUNDA

Por otra parte, se anunció ayer que durante marzo y abril del año próximo volverá a tener lugar el ciclo “La ciudad en escena” aunque, a diferencia del año anterior, no sólo se programará teatro sino que también se incluirán producciones musicales y de danza.

Además, en esta temporada el ciclo que no sólo ofrecerá espectáculos locales sino que también se mostrarán propuestas porteñas y regionales.

De las 127 alternativas teatrales para adultos fueron elegidas “Mujerpájaro”, de Santiago Santiago Culacciati y María Eugenia Molinuevo; “Trika Fopte”, de Carlos Ayala; “Fanny y el almirante” de Luis Longhi; “Once hijos” de Franz Kafka; “Rancho” de Julio Chávez; y “Pobrecito de Francisco de Asís” de Mariano Moro.

Para los niños se ofrecerá “Alicia, ensueño de maravillas”, de Alejandro Bustos y Tristana Muraro.

Las propuestas musicales y de danza serán “Las bestias” de David Señorán y “Darkness” de Romina Simone, y “Ensamble de Música Popular”, de la Facultad de Bellas Artes.

sábado, 10 de diciembre de 2016

Buscan resguardar la acústica de las salas del Teatro Argentino

 

El reemplazo de materiales podria afectarla

Un equipo de especialistas de la CIC participa de las obras de restauración vinculadas con la calidad de sonido

10 de Diciembre de 2016
Ingenieros del Laboratorio de Acústica y Luminotecnia de la CIC 

A 17 años de su inauguración, las obras de restauración en el nuevo Teatro Argentino ponen a sus responsables frente a un difícil desafío: cómo renovar mobiliario y materiales de sus salas sin que ello perjudique la acústica de una de los principales escenarios líricos de nuestro país. Para evitar que eso ocurra, la empresa a cargo de los trabajos convocó a un equipo de especialistas de la Comisión de Investigaciones Científicas que ha participado ya en varias intervenciones de este tipo, entre ellas la del propio Teatro Colón.

La tarea -encomendada al Laboratorio de Acústica y Luminotecnia de la CIC, que dirige el el ingeniero Pablo Ixtaina- consiste a grandes rasgos en trazar una caracterización acústica de las salas Ginastera y Piazolla para establecer cómo funcionan actualmente; pero a su vez, evaluar las propiedades fono absorbentes de sus butacas, sillas, alfombras y cortinados en forma individual para asegurarse de que sus eventuales reemplazos tengan una absorción similar.

“Para realizar la caracterización acústica de un auditorio se miden distintos parámetros, entre los cuales el más importante es el tiempo de reverberación. Se trata del tiempo que un sonido perdura en el ambiente, lo que depende no sólo de las características de ese ambiente sino de cuán absorbentes son sus superficies y materiales. En el caso de una sala como la Ginastera -que tiene capacidad capacidad para 2 mil personas-, las alfombras, las butacas, las telas que cubren las paredes, y los cortinados son los elementos que más inciden sobre el tiempo de reverberación”, explica la ingeniera Nilda Vecchiatti, una de las responsables del trabajo.

“Las fuentes de sonidos, ya se trata de una voz o una orquesta, emiten ondas que se propagan por la sala y se reflejan en sus superficies. Cuando en su trayectoria chocan con un elemento muy absorbente, esas ondas se reflejan con menos energía que cuando lo hacen contra una superficie menos absorbente, como un panel de madera lustrada”, dice Vechiatti al explicar que “cada tipo de auditorio tiene un tiempo de reverberación ideal: no es lo mismo el tiempo que requiere la sala Ginastera, que es un auditorio lírica, que la Piazolla, que suele destinarse al teatro y requiere menos reverberancia”.

Pero el tiempo de reverberación es apenas uno de los factores que caracterizan la acústica de un auditorio. “Otro de los parámetros que evaluamos es cómo se distribuye la energía sonora de las salas, es decir cuánto sonido llega a los oyentes en forma directa y cuánto por reflexión, que es lo que genera la sensación de sonido envolvente”, explica la ingeniera al comentar que “si bien ninguna sala es 100 por ciento uniforme, lo que se busca es que la experiencia del oyente varíe lo menos posible cualquiera sea su ubicación”.

Tras caracterizar acústicamente las dos salas del Teatro, el equipo de investigadores de la CIC -integrado también por los ingenieros Federico Iasi y Alejandro Armas-, evaluó en laboratorio la capacidad de absorción sonora de sus butacas, sillas, alfombras y hasta los tapizados originales con el objeto de poder compararlas con sus eventuales reemplazos.

Cumplida ya con esa parte del trabajo, “lo que resta ahora es evaluar individualmente los materiales de reemplazo para ver que cumplan con las mismas características que los que ya estaban; y una vez que terminen los trabajados de restauración en las salas volver a medir su acústica para asegurarse de que haya quedado igual, o en lo posible, mejor”, explican desde el Laboratorio de Acústica, cuyos expertos cuentan con una vasta experiencia en este tipo de encargos por haber intervenido ya en las obras de la Usina del Arte, el Centro Cultural Kirchner y el Teatro Colón.

Fuente: EL DIA

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Del Bachillerato de Bellas Artes, a la Opera de París

 

LEONARDO GARCIA ALARCON

Especialista en música barroca, el platense radicado en Suiza desde hace 20 años se convirtió en el primer argentino en dirigir en Garnier, en donde abrió la temporada con “Heliogábalo” de Cavalli. El año que viene dirigirá en el Colón y en La Plata

7 de Diciembre de 2016 
Leonardo García Alarcón, en el marco de una visita fugaz a la Ciudad

Han pasado veinte años desde que, con una billetera con 500 dólares, decidiera dejar su Tolosa natal y cruzar el Atlántico con una mochila cargada de sueños. A los 40 años, Leonardo García Alarcón disfruta de uno de los momentos más plenos de su carrera como uno de los directores y maestros más respetados de Ginebra, la ciudad suiza en la que se perfeccionó y en donde trabaja, y el primer argentino en dirigir en la emblemática Opera de París.

Nacido en el seno de una familia con aspiraciones artísticas, a los seis años comenzó a estudiar piano, y luego fue incorporando otros instrumentos como el órgano y el clave. Años más tarde se recibiría en el Bachillerato de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata -en donde recibió una “destacada formación” de su admirado Roberto Fiore-, una enseñanza pública y gratuita de la que se enorgullece y de la que asegura ser “un modelo a seguir en todo el mundo”.

PASION HEREDADA
La pasión por la música la heredó de su padre autodidacta -“mi músico preferido en todos los sentidos”-, de su madre pintora -la que le puso color a las melodías- y de su abuela Beatriz, gracias a quien conoció la música barroca, y quien semana a semana lo embargaba de entusiasmo con un fascículo de una colección de grandes compositores que, “debido a la crisis”, cuenta, le quedó incompleta, “llegó a comprarme 67 de los 100”. De todos modos, fueron suficientes para conocer a “un tal Bach”, como le dijo un día a su padre: una puerta abierta a un mundo para él fascinante.

Esfuerzo y sacrificio son palabras comunes en vida de este platense que formó parte del Elyma Ensemble, dirigido por Gabriel Garrido, con el que grabó música barroca italiana e hispanoamericana.

“Mi padre compuso canciones hermosas para mi hermana y para mí, que nos marcaron profundamente en diferentes etapas de nuestras vidas. Son canciones que, en general, nos transportan y nos recuerdan esos momentos geniales donde nosotros no teníamos nada pero cuando sos nene no te das cuenta de eso. Estábamos felices así. Mis padres no tenían un peso, no llegaban ni al día diez, pero la inversión que hicieron en nosotros es algo inolvidable para mí porque no pensaron en otra cosa: que mi hermana haga danzas en el Colón y que yo pueda dedicarme a la música”, comparte, en diálogo con EL DIA, en el marco de una visita fugaz a la Ciudad que lo vio nacer, y en la que su familia lo espera siempre con los brazos abiertos.

Su hermana, cuando cumplió los 17, se fue a perfeccionar a Burdeos, en donde llegó a ser una bailarina estrella. Y cuando él llegó a los 19, la siguió en su aventura. Era 1997. Sabía que en el Conservatorio de Ginebra, en donde dictaba clases Christiane Jaccottet -una de “las mejores clavecinistas del mundo” a la que había escuchado entre los cassettes de su abuela-, había una sola vacante. Se tenía fe.

Se fue sin nada más que esos 500 dólares que su familia le juntó y de los que, apenas llegado, le robaron 300. Tenía también una tarjeta de crédito de su papá pero no la usó. “Por orgullo”, aclara, y se reencuentra con su imagen de recién arribado a una ciudad desconocida en la que, por suerte para él, acostumbran a sacar los muebles a la calle: “Así yo me pude armar mi departamento”.

Pero antes de armar el hogar, tuvo que rendir el ingreso. “El 23 de junio de 1997 dí el examen y quedé”, recuerda con precisión exacta, sobre su etapa de estudiante en Ginebra, que culminó en 2005 con una buena noticia: “Ese año hice un master y la Dirección del Conservatorio, en el momento que vienen a darme el diploma, me dice ‘queremos no solamente decirle que tiene el diploma con honores sino que queremos que sea profesor’”. Desde entonces, es un respetado maestro de dirección orquestal y ópera barroca.

Con un poco más de tiempo y ganas de invertirlo en un proyecto propio, convocó a músicos argentinos desperdigados por el mundo -dice que hay a montones- y fundó Cappella Mediterranea, considerado como uno de los grupos de referencia internacional del repertorio barroco en Europa.

“Viajamos muchísimo pero en los últimos tres años las grandes óperas nos llaman para tocar, para preparar obras. Es por eso que estamos también en la Opera de París, en donde el año que viene tendremos grandes actuaciones”, entre ellas, su anhelada presentación en el Teatro Colón con fechas ya agendadas para el 6 y 8 de noviembre con “Orfeo” de Monteverdi y “El diluvio universal”.

En paralelo a este proyecto, García Alarcón es asiduamente invitado a dirigir en los principales teatros líricos, festivales y salas de conciertos de todo el mundo, centrándose su actividad principalmente en el repertorio del siglo XVII. En la temporada pasada, dirigió a la Orquesta de Cámara de París, la Residentie Orkest de La Haya, la Orquesta Barroca de Friburgo y la Orquesta y Coro Gulbenkian. Recientemente ha dirigido “Alcina” de Handel, con la Orchestre de la Suisse Romande, en el Gran Teatro de Ginebra y, en septiembre pasado, abrió la temporada del Palacio Garnier con “Heliogábalo” de Cavalli, una producción que se presentará el año próximo en Amsterdam.

“Cuando salí por primera vez a dirigir en la Opera de París, me vino a saludar el director -Stephane Lissner- y le dije: ‘¿Sabe en qué tengo que pensar para emocionarme esta noche?’ En que es el Teatro Colón. Y él lo entendió. Para mí, habiendo recorrido tantas salas, el mejor teatro del mundo me sigue pareciendo el Colón, y es algo en lo que coinciden muchos artistas. Es un honor volver y tener la utopía de que Argentina vuelva a ser potencia económica mundial porque potencia cultural lo sigue siendo”, opina.

EN EL COLON

Del primer coliseo nacional también recibió una invitación especial para dirigir una ópera barroca en el Festival de Verano en febrero de 2018, y otra para volver en abril para conducir a la Orquesta Estable. “La gente de Europa no está muy contenta con esto pero yo trato de explicar lo que siento. Siempre es una belleza poder volver”, explica Leonardo.

Dentro de sus presentaciones argentinas, además, se encuentra gestionando fechas para actuar en la Ciudad, con una oferta en el aire en el Teatro Argentino y otra en el Coliseo Podestá, la sala en la que más anhela actuar junto a su grupo de música antigua.

Casado con Mariana una soprano mendocina a quien conoció en Europa, padre del pequeño Francisco y de otro por nacer, el músico se reconforta de haber podido respirar el aire de tilo de esta época en las diagonales platenses.

“Cuando venía para acá en el taxi, miraba las casas, los jacarandás, y me acordé de mi primer beso, los lugares, este aroma que no siento desde hace 20 años… Es como una regresión en la que vuelvo a ser el mismo que cuando tenía 14 años y eso hace mucho bien porque yo creo que nunca me detuve a pensar en todos mis logros. Vos me preguntás y para mí es exactamente lo mismo, como si estuviera en Bellas Artes: me encuentro abriendo tal libro y con ganas de hacer esta obra de tal compositor. Paso el tiempo haciendo eso”.

No se imaginaba este presente. No. Y lo disfruta con cautela porque, sostiene, “todo lo que se trata de prestigio, gloria, honor es secundario, pasajero”. Lo que le interesa “es poder redescubrir obras de compositores que están olvidadas en bibliotecas, iglesias, manuscritos que no conoce nadie, sacarlos a la luz como un artista restaurador”.

Fuente: EL DIA

jueves, 1 de diciembre de 2016

“Barranca abajo”, del Coliseo al Cervantes

 

1 de Diciembre de 2016 
“Barranca abajo”

“Barranca Abajo”, la pieza de Florencio Sánchez, bajo la dirección de Cristina Banegas, que produjo el Coliseo Podestá junto al Teatro Nacional Cervantes, convirtiéndose en su primera producción propia en sus 130 años de historia, será ahora parte del ciclo “Teatro del país”.

Tras las exitosas funciones en la Ciudad, la obra se fue de gira por la provincia de Buenos Aires y, como se había informado, ahora tendrá una última presentación en la sala del Cervantes, que se llevará a cabo mañana, a las 21, con entrada libre y gratuita.

ELENCO PLATENSE

Conformada por un elenco platense, que fue seleccionado mediante audiciones abiertas, en el marco del Plan Federal de Coproducciones 2016, “Barranca abajo” está interpretada por Diego Aroza, Alejandra Bignasco, Patricia Condron, Pablo de la Fuente, Victoria Hernández, Gerardo Maleh, Gustavo Portela, Julieta Ranno y Denisse Van der Ploeg. Adaptación, adaptación Cristina Banegas y Lucila Pagliai, asistente de dirección, Claudio Rodrigo; vestuario y escenografía, Magda Banach; coreografía Virginia Leanaza; producción en La Plata es de Alma Festa y la producción TNC, Dora Milea.

El Ciclo “Teatro del País”, le da al público de Buenos Aires la posibilidad de tomar contacto con actores y realizadores teatrales de otras ciudades y provincias ya que está compuesto por obras de otras ciudades y provincias del país.

La programación de la presente edición incluye los cinco espectáculos que el Cervantes realizó este año en el marco de la Décima Temporada del Programa Federal de Coproducciones que contó con cinco prestigiosas directoras de la escena nacional: Cristina Banegas, Virginia Innocenti, Rita Terranova, Tina Serrano y Laura Yusem.

Fuente: EL DIA