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sábado, 26 de diciembre de 2015

Una escena que redobló la apuesta para generar arte

TEATRO › BALANCE DE LA TEMPORADA TEATRAL 2015 EN CABA

Mientras el Complejo Teatral de Buenos Aires, dependiente del gobierno porteño, sufrió el peor vaciamiento de su historia, el circuito alternativo fue el que aportó la mayor cantidad de títulos, variados en contenidos y formatos.

Por Cecilia Hopkins
DIARIO PAGINA 12

El hambre de los artistas, de Alberto Ajaka, y El farmer, de Pompeyo Audivert y Rodrigo de la Serna, fueron dos de las obras destacadas de la cartelera 2015.

Colmado de situaciones teatrales, el año que termina abundó en conductas públicas que parecieron salidas de un sainete bizarro o de una mala comedia de enredos. Desde el caso Nisman hasta el último de los capítulos de las elecciones presidenciales, una teatralidad burda y patética desbordó los ámbitos públicos nacionales. En despreciable versión, la esencia del hecho teatral –este efecto que implica asumir un rol en un tiempo y en un espacio determinado– también fue ganando terreno en los escenarios mediáticos. Acostumbrada al corrimiento de ámbito de la base de su oficio, la escena porteña redobló la apuesta generando ficción desde todos sus circuitos de producción. Como siempre ocurre, por cantidad de espacios y artistas implicados, el alternativo fue el que aportó a la cartelera porteña la mayor cantidad de títulos, en diversos contenidos y formatos. Algunos destinados a pensar en darle otro sentido a la actuación, como ocurre en Svaboda y en El hambre de los artistas, últimas producciones de Bernardo Cappa y Alberto Ajaka, respectivamente.

En materia legal, mereció el festejo de lo postergado la promulgación de la Ley del Actor, que prevé un régimen laboral y provisional especial, teniendo en cuenta el carácter discontinuo de la actividad. Otra conquista que habilitará la discusión sobre condiciones dignas de trabajo es la reciente constitución oficial del Sindicato Argentino de Autores, una resolución esperada por autores de teatro, cine, radio, televisión, nuevas tecnologías, autores coreográficos y compositores musicales. Ya desde el campo de la creación, pero con el objeto de hacerse eco de los frecuentes reclamos de cambio en las políticas de gestión del teatro público, el ciclo Mis Documentos que coordina Lola Arias en el Centro Cultural San Martín, presentó un singular espectáculo –Informe SM– elaborado por el Foro Danza en Acción y el Teatro Independiente Monotributista, que puso el foco en las malas condiciones de trabajo actuales, además de políticas que promueven la marginación de artistas.

Entre los numerosos ciclos celebrados durante el año, se destacó el Festival Escena Abierta, que organizan 17 salas alternativas; el Festival Internacional de Teatro Adolescente Vamos que Venimos, en su séptima edición consecutiva; y el ciclo Interfaces, que difundió performances signadas por el uso de la tecnología. Por su parte, Teatro X la Identidad presentó, entre otras novedades, un espacio para obras de teatro por la diversidad sexual. Otros encuentros abordaron temas de actualidad. Como el II Festival Nacional Sobre Violencia de Género y el Teatro Urgente, que presentó obras que desarrollaron contenidos relacionados con la prostitución y la marginación social.

Desde una expresión singular, la violencia de género fue abordada, entre otros teatristas, por Osvaldo Peluffo (Fábrica de chicas), Ciela Asad (Belleza y escándalo), Eva Halac (Sánchez Bulevar, reescritura de Los muertos, de Florencio Sánchez) y María Pía Rillo (Preciosura). El bullying fue el tema convocante de Boyscout, de Dennis Smith, obra ganadora del Premio Argentores en el rubro Teatro Musical. Por otra parte, la igualdad entre géneros tuvo en Síndrome de amor una propuesta diferente, obra de Miriam Martino y Lidia Catalano, con dirección de Corina Fiorillo. La violencia familiar motivó, entre otras obras, La crueldad de los animales, de Juan Ignacio Fernández, con dirección de Guillermo Cacace, en tanto que bajo la dirección de Mariana Giovine se estrenó Distracciones, última obra de Carlos Gorostiza que indaga en las apariencias y misterios que oculta la estructura familiar.

Piezas que tuvieron en el centro a personajes femeninos en conflicto hubo muchas. Querido San Antonio, de Patricia Suárez, y dirección de Raquel Albeniz y Paula Etchebehere, buscó romper con el modelo de la mujer sumisa y devota. Por su parte, el grupo Teatro-debate en Sepia presentó Afrolatinoamericanas, sobre la invisibilización de la mujer negra en la historia argentina. Basada en Estamos bien, prosa poética de Cristina Lobaiza, Soñar con cocodrilos describió las primeras impresiones de una mujer joven que acaba de perder a su madre, las cuales se constituyen en una reflexión de género. Sobre identidad sexual femenina, la coreógrafa y bailarina Carla Llopis estrenó Vulva, lo que no se nombra no existe. Ya en clave de humor, el mito de la madre omnipresente fue el tema elegido por Mónica Cabrera para su Electric Mamma. Y Constanza muere, de Ariel Faracce, aportó una mirada singular sobre la vejez y la finitud, con la historia de una anciana que actúa día a día su propio deceso.

Como sucede desde hace años, hay actores y directores que pasan con soltura del circuito comercial al oficial: tal es el caso de Javier Daulte, que dirigió en la calle Corrientes Venus en piel y en el Cervantes, Ni con perros ni con chicos. Por su parte, en el circuito oficial Daniel Veronese estrenó dos obras: Vigilia de noche, del sueco Lars Norén en lel Teatro San Martín, y Los corderos, de su autoría, en el Cervantes. Un cruce de otras características fue el que eligió el cineasta Carlos Sorin al poner en escena Equus, obra de Peter Shaffer, en una sala alternativa. Sobre los riesgos de salirse de los circuitos de circulación teatral, Walter Jacob y Agustín Mendilaharzu crearon Capitán.

Cantera de teatralidad garantizada, los clásicos de todos los tiempos fueron revisitados de diverso modo. Entre las puestas que eligieron inspirarse en la mitología griega, Casandra iluminada, unipersonal de Noemí Frenkel, se refirió a todas aquellas voces que intentan revelar verdades que finalmente son silenciadas y ocultadas. También sufrió un destino similar al de Casandra el personaje de El don, última obra de Griselda Gambaro que Silvio Lang estrenó en el Teatro Cervantes. Por su parte, el director Marcelo Savignone versionó La gaviota de Chéjov para hablar de los vínculos, del desamor y hasta del maltrato entre las personas. El absurdo cobró vigencia en Ubú, versión del ciclo escrito por el dramaturgo y dibujante francés Alfred Jarry dirigida por Andrés Bazzalo y Esperando a Godoy, de Beckett, con puesta de Rubén Pires. Entre los rescates de textos de raigambre popular, el director Claudio Gallardou estrenó en el Cervantes su versión de Juan Moreira. Entre otras piezas, Shakespeare se hizo presente en El asesino del sueño, versión de Macbeth de Facundo Ramírez; en una reescritura de Hamlet que dirigió Agustín Alezzo (La noche que Fortimbrás se emborrachó, de Janusz Glowacki) y en dos singulares puestas de Ricardo III. En la de Norman Briski, el protagonista se ve convertido en un guerrillero que busca instaurar la paz. En la versión de Jorge Eines, director argentino residente en España, la tragedia se ubicó durante el Tercer Reich.

En otros contextos escénicos fueron abordadas las consecuencias del nazismo: Juan Freund estrenó Infancia y exilio, obra de aliento autobiográfico y, en otro circuito, Gerardo Romano mostró en Un judío común y corriente, de Charles Lewinsky, la problemática actual de los judíos que viven fuera de Israel y los dilemas que afrontan quienes habitan un país como Alemania. Entre otras obras que hicieron referencia a la historia mundial, sobre el fondo de la Guerra Civil Española, ¡Ay, Carmela!, de Sanchís Sinisterra subió a escena interpretada por Elena Roger y Diego Mariano. La historia argentina dio material a variadas producciones. El tema Malvinas, por caso, tuvo un singular enfoque en Los hombres vuelven al monte, pieza escrita y dirigida por Fabián Díaz, e interpretada por Iván Moscher. Andrés Mangone dirigió Puente roto, de Pompeyo Audivert, un “sainete nacional metafísico” asentado en algunos momentos de la historia argentina. Por su parte, el director Román Caracciolo en La pequeña historia se refirió a las contradicciones que surgen en el registro de la historia y en su transmisión.

No faltaron obras que buscaron cuestionar los modos que asume la política. Las costumbres del autoritarismo fueron el eje central de varios montajes, entre ellos, La mancha indeleble, unipersonal de María Isabel Bosch acerca del vivir condenado o bajo la sombra de la sospecha. El abuso y la exclusión social fueron los temas privilegiados por el director Jorge Paccini en su puesta de Sucede lo que pasa, de Griselda Gambaro. En FidelFidel. Conflicto en la prensa, el grupo El Bachín que lidera Manuel Santos Iñurrieta habló sobre los medios de comunicación y la disputa por la verdad.

Ambientada en los entresijos del parlamento nacional en un tiempo futuro, El combate de los Pozos fue la propuesta de la actriz y dramaturga Andrea Garrote. Los años ‘70, en cambio, inspiraron a Mariana Mazover su obra Etiopía, historia de militancia contada desde el mundo de la infancia. Por su parte, el director Roman Podolsky en Prueba contraria puso en cuestión lo que la militancia de los 70 toleraba sobre cuestiones sentimentales. Otro hecho a destacar es que Enrique Pinti volvió con su clásico Salsa criolla para hablar sobre “un sistema evidentemente desvencijado”. Por otra parte, sobre los negociados del poder político y el sector salud, el dramaturgo y director Fabio Fusca creó Cuántica, y Anabella Valencia, Gorriona, obra dirigida por Martín Salazar que alerta sobre los efectos de los agrotóxicos en el país, en clave de comedia bizarra.

Entre los teatristas que optaron por generar teatralidad desde la narrativa, Pompeyo Audivert y Rodrigo de la Serna adaptaron, dirigieron y protagonizaron El farmer, sobre la novela de Andrés Rivera. En otra perspectiva, en Errante en la sombra, Adrián Blanco llevó a escena la novela homónima de Federico Andahazi, la cuentista Hebe Uhart inspiró ¿Cómo vuelvo?, unipersonal de María Merlino, y Alfredo Martin en Pessoa, escrito en su nombre, se refirió a la vida y obra del escritor portugués. Por su parte, Cristina Banegas incluyó otros textos de Lorca para remozar el unipersonal Los caminos de Federico. También hubo homenajes a personalidades literarias: Miguel Hernández, en la nueva puesta de Compañero del alma, de Villanueva Cosse y Adriana Genta, y Julio Cortázar, en Ocho cartas para Julio, de Gabriel Lerman, con dirección de Daniel Berbedés y actuación de Juan Palomino. Otros homenajes, aunque dedicados a personalidades de la escena, fueron Se nos fue redepente, texto de Niní Marshall interpretado por Magali Meliá, y Walter hecho pedazos, pastiche travesti y tragicómico de Facundo Zylberberg sobre Batato Barea, dirigido por Gabriel Wolf.

domingo, 20 de diciembre de 2015

Un año teatrísimo

“Chopin & Schuman: el encuentro”
BALANCE

Por IRENE BIANCHI
DIARIO EL DIA

Empecemos por algunas excelentes propuestas musicales que vimos en Buenos Aires. “Doce dúos de amor”: encantador popurrí de inolvidables canciones románticas, bellamente interpretadas por Magali Sánchez Alleno y Juan Pablo Skrt, acompañados en piano por Roberto Antier, en el cálido ámbito de “Clásica y Moderna”. “El Hombre de la Mancha”: Pepe Cibrián Campoy, Raúl Lavié y Cecilia Milone recrean a puro talento en el Teatro Maipo un legendario musical que gira alrededor de la figura del excéntrico caballero andante. “La Novia de Gardel”: Ana María Cores y Mariano Depiaggi, al servicio de un texto de Marisé Monteiro y Pablo Mascareño, dirigidos por Valeria Ambrosio, imaginan el encuentro entre El Zorzal y su enamorada, en una obra plena de tango, pasión y suspenso, en el renovado Teatro 25 de Mayo (donde dicen que cantó Carlitos). En esa misma sala, un espectáculo infantil escrito por Gastón Marioni, con música de Hernán Matorra, dirigido por Rubén Viani: “Los fabulosos ¡Buu!”. Meme Mateo y Sofía Pachano protagonizan un enternecedor alegato contra el bullying y la discriminación, divertido y oportuno en los tiempos que corren. “Casi normales”: impactante versión local de “Next to Normal” con una Laura Conforte descomunal (Teatro Metropolitan). “El Gran Final”: logradísimo homenaje a Bob Fosse, ideado, coreografiado, dirigido y encarnado por Gustavo Wons, acompañado por un cuerpo de baile excepcional, en el Teatro Astral. “Cyrano de Bergerac, el musical”: otra propuesta de Gastón Marioni, con música de Tato Finocchi, con Juan Pablo Skrt, Magali Sánchez Alleno y elenco, espectáculo lírico-musical sobre el arquetipo del héroe romántico del siglo XIX, grotesco por fuera e inmensamente bello por dentro. “Melodías de diván”: comedia dramática de Marioni, estrenada en La Plata (Teatro Estudio), que desembarca en la calle Corrientes (Teatro Picadilly) con un elenco porteño integrado por Julia Zenko, Graciela Pal, Magali Sánchez Alleno, Roxana Randón y Ana Padilla. Boleros, amor, traición y secretos bien guardados.

Además de estos musicales, cuatro obras de texto de enorme potencia en CABA. “El loco y la camisa” (Teatro El Picadero): el “Banfield Teatro Ensamble” deslumbró con esta pieza escrita y dirigida por Nelson Valente, en la que se destaca la extraordinaria labor de Julián Paz Figueras. “El principio de Arquímedes”: provocativa obra del catalán Josep María Miró, dirigida por Corina Fiorillo, que pone al público en el difícil rol de jurado en un supuesto caso de abuso (Teatro Apolo). “Mala Madera”: escrita y dirigida por el platense Diego Cremonesi, con Felicitas Kamien, Federico Aimetta, Jorge Eiro y Eduardo Pérez Winter, en el Beckett Teatro, obra que combina el humor y el horror en justas dosis. Y un plato fuerte: “Terrenal”, de Mauricio Kartun, en el Teatro del Pueblo, con tres trabajos memorables a cargo de Claudio Da Paisano, Claudio Martínez Bell y Claudio Rissi, dirigidos por el autor.

Las propuestas porteñas que se presentaron en el Teatro Municipal Coliseo Podestá: “¡Ay, Carmela!”, de José Sanches Sinisterra, con Elena Roger y Diego Mariano, dirigidos por José Luis Arellano y Edgardo Millan, teatralidad en estado puro. “La Nonna”, comedia negra de Roberto Tito Cossa, con dos estupendos trabajos de Pepe Soriano y Hugo Arana, dirigidos por Jorge Graciosi. Otros dos actores consagrados, Beto Brandoni y Eduardo Blanco, en “Parque Lezama”, primera incursión teatral de Juan José Campanella. “El crédito”, con otra dupla excepcional: Jorge Marrale y Jorge Suárez, dirigidos por Daniel Veronese, un “tour-de-force” desopilante. Julio Chávez y Gerardo Otero trajeron “Red”, de John Logan, retrato del artista plástico Mark Rothko, con una ajustada dirección de Daniel Barone. Rodolfo Ranni y Mario Pasik encarnaron a dos entrañables amigos en “Aeroplanos”, el clásico de Carlos Gorostiza, dirigidos por Daniel Marcove. “¿Por qué será que las queremos tanto?”, simpática pieza escrita y dirigida por Daniel Dátola, con el platense Maxi Ghione y Roly Serrano. Como por arte de magia, “Sandro de América” se hizo presente en el Coliseo, recreado por Fernando Samartín. Hernán Piquín nos deleitó con la música de The Beatles en “Let it be … una historia de amor”, secundado por su excelente cuerpo de baile. Y un olvidable “Encuentro de genios”, de Beto Casella.

Tres producciones de la Comedia de la Provincia en su Sala Armando Discépolo de la calle 12. “La Jaula de las Locas”, de Jean Poiret, en versión de José María Muscari, éxito de taquilla con más de 10.000 espectadores. “El debut de la piba”, sainete criollo festivo de Roberto Cayol, dirigido por Marcelo Boveri. “Chopin & Schumann’s: el encuentro”: el tenor Ruben Martinez escribió una obra teatral de música clásica, en la que revela detalles de la vida de estos dos grandes músicos, y permite el lucimiento de virtuosos pianistas, una violinista, y la extraordinaria soprano Paula Almerares.

En el Teatro La Nonna, vimos un par de unipersonales: “Entre camarines”, con la capocómica Carmen Barbieri, y “La revolución del humor”, con una simpatiquísima Lizy Tagliani. Dentro de su tradicional cartelera maratónica de vacaciones de invierno, destacamos “Draculín, el vampirito”, en la que Leo Ringer se dio el gusto de actuar junto a su hijo, Lisandro, cuyos 118 años no se le notan ni un poquito.

En Teatro Estudio: el actor, cineasta y escritor Sergio Mercurio, el Titiritero de Banfield deleitó con “En camino”, un espectáculo poético, divertido y profundo. Por primera vez en La Plata, se presentó Teatro ciego, con una pieza de Roberto Arlt, La isla desierta, una experiencia inolvidable para los espectadores a oscuras, percibiendo a través de otros sentidos. El Esférico asumió el desafío de comprimir Hamlet, con dos actores –Martín Eliseo Mendivil y Emilio Berasain- interpretando todos los personajes de la tragedia de Shakespeare. Braian Kobla presentó “The Good”, un western urbano provocativo, para nada convencional. El teatro del absurdo se hizo presente con “El cepillo de dientes”, de Jorge Díaz, con Agusta Bermúdez y Nacho Pereyra León, dirigidos por Javier Cardini. La Compañía “Tecito y a la cama, Un ciclo de payasos”, ofrecieron “Él Cumple.años”, fresca y tierna propuesta, en la que huelgan las palabras. “La sustituta, melodrama escolar en un acto”, inquietante texto de Germán Reimondo, protagonizado por el propio autor y Eva Selva, dirigidos por Gastón Marioni, que gira en torno al poder y a la rigidez de las instituciones.

En Saverio Sala de Teatro, “Amleth”, adaptación de Omar Sánchez de la obra de Luis Cano, protagonizada por Andrés Cepeda, Mauricio Rodríguez y Alejandro Santucci: un trío arrollador.

Lorena Velásquez, en su flamante sala El Escape, adaptó y dirigió un clásico de August Strindberg, “El padre, con sangre de mujer en las venas”, con un compacto elenco femenino, integrantes del “Grupo Secretos”

En “El Bombín” el Grupo de Teatro del Pepam, dirigido por Jorge Silva, presentó “El testamento de Hortensia”. Una de las muchas bienvenidas propuestas de adultos mayores que se le animan a las tablas.

Justamente en la nueva y coqueta sala “Las Tablas”, otro verdadero éxito de taquilla “Lotería”, comedia de Hugo Daniel Marcos, dirigida por Gastón Beltramini. “Mariela Navas”, unipersonal del que la actriz colombiana Claudia Tobo es a la vez autora, directora y protagonista, e integrante de la compañía hispano-colombiana “La Máquina Poética”; una muy interesante mirada al conflicto armado en Colombia, desde el punto de vista de los oprimidos de siempre.

En la Sala 420, la Compañía chilena Ñeque Teatral ofreció “Ningún pájaro canta por cantar”, bellísimo y original espectáculo que denuncia la depredación de los bosques nativos y la imparable contaminación del medio ambiente. “Isadora o la revolución de un cuerpo”, con dramaturgia y dirección de Diego Biancotto, e interpretación de la actriz y bailarina Ayelén Díaz. Conmovedora lectura de la vida de una transgresora que revolucionó la danza: Isadora Duncan.

En la Sala Astor Piazzolla del Teatro Argentino, un clásico de Lyman Frank Baum: “El Mago de Oz”, adaptado y dirigido por Gastón Marioni, con Emilia Mayo, Angelo Fornabaio, Javier Ruiz de Galarreta, Juan Pablo Antonelli, Laura Jiménez y Javier Cardini, que agotó localidades durante el receso invernal.

Otro delicioso espectáculo infantil: “Chin, chin, por el Circo del Repique”: la excelencia esencial de lo simple y sencillo.

El imparable y prolífico Grupo de Teatro “La Anunciación” abordó una tragedia griega, “Las Troyanas”, de Eurípides, en la Sala “B” del Pasaje Dardo Rocha.

En Espacio 44, un unipersonal escrito y dirigido por Gustavo Vallejos, interpretado por el versátil actor Jorge Demarco, “El Huésped R.A.S.”, un embustero viajero.

El prolífico y multifacético Maestro Roberto Conte, al frente del Grupo de Teatro del Colegio de Abogados hace ya 30 años, cerró el año con un sainete de Alberto Vacarezza, “Tu cuna fue un conventillo”, a sala llena todas las funciones.

Un género muy de moda en los últimos tiempos, el “stand-up”, y un estandapero que se sale de lo previsible en cuanto a temática, rompe con el molde y divierte con agudeza, ingenio y originalidad: Alejandro Castañeda Zazzali, a la vez productor del ciclo que se presentó todos los martes en “Hispano”.

Y el Nano, entrañable y amado por los platenses, como siempre, presentó su “Serrat, antología desordenada” en la Sala Ginastera del Teatro Argentino. Un festín.

Una temporada rica y variada en propuestas, con esmeradas producciones locales de enorme repercusión.

Afortunadamente para todos, el teatro sigue vivito y coleando.

sábado, 19 de diciembre de 2015

Ridículas equivocaciones

 

19 de Diciembre de 2015 
“Ridículas equivocanciones”

Por Irene Bianchi

Celebrando sus 15 años de trabajo ininterrumpido, “Ridiculum Vitae” se reinventa en una original propuesta escénica y musical, incorporando en este nuevo espectáculo al director Martín Joab. Con “Ridículas equivocanciones”, estos versátiles artistas siguen combinando música, teatro y humor en desopilantes dosis.

Hoy a las 21 en el Auditorio de la Sociedad Odontológica, Avda. 13 entre 45 y 46.

Fuente: EL DIA

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Sainete inoxidable

 

16 de Diciembre de 2015 

imagen: revista colegio de abogados facebook

“Tu cuna fue un conventillo”, de Alberto Vacarezza, por el Grupo de Teatro del Colegio de Abogados. Elenco: Rubén Vavarro, Víctor Colavitta, Pablo Espinosa, Oscar Rondina, Susana Trentin, Ana Larronde, Angelina Bogue, Edgardo Rainieri, Diana Berisso, Judit Pico, Graciela Cris, Guillermo Somonte, Héctor Servin, Mario Folino, Mónica Wlasiuk. Escenografía: César Gustavo Caggiano. Maquillaje: Beli Ortiz. Fotografía: Oscar Sierra-Mónica Wlasiuk. Sonido y luces: Diego Ferrero. Diseño gráfico: Juan Manuel Guerra. Ayudante de dirección: Graciela Cris. Dirección general: Roberto Conte. Auditorio del Colegio de Abogados, Avda. 13 entre 48 y 49.

Por IRENE BIANCHI

El público va tomando asiento en la bella sala del Colegio de Abogados, y los personajes ya están en escena, charlando, tomando mate, jugando al truco, chusmeando. El clima del conventillo ya está instalado. Ese microcosmos en el que conviven tanos, gallegos, turcos, rusos (el gringaje) y los criollos, cada cual con su dialecto, sus costumbres, sus mañas, sus nostalgias.

Alberto Vacarezza fue el autor más popular de sainetes, exitoso con una producción inagotable. Sus títulos más conocidos: “La otra noche en los corrales” (1918), “Vaca … yendo gente al baile” (1919), “La vida es un sainete” (1925), y su obra más conocida “El conventillo de la Paloma” (1929).

En “Tu cuna fue un conventillo” (1920) “El Gallo” (Somonte), que ahora “pelechó” y tiene “vento”, quiere organizar un bailongo en el conventillo, para recordar los viejos tiempos. Para eso cuenta con la complicidad de “Doña Prudencia” (Bogue), una suerte de celestina del conventillo. Llega con su guardaespaldas, “Aberasturi” (Servin). El rival del Gallo, “Maldonado” (Rainieri), vuelve imprevistamente, tras haber estado a la sombra por alguna tropelía. El motivo de la disputa entre ambos malevos: “Rosalía” (Cris), la bella percanta, cuya cuna fue precisamente ese conventillo, y mejoró su status social al lado del Gallo.

Al dueño del conventillo, “Don Antonio” (Rondina) se le cae la baba por “Encarnación” (Trentin), mujer del “Palomo” (Espinoso); “Rancagua” (Vavarro), es alérgico al laburo y vive guitarreando, cosa que su novia, “Filomena” (Larronde), le recrimina sin pausa, mientras Aberasturi le arrastra el ala. La joven “Rosita” (Pico), hija de “Don Julián” (Colavitta), ceba mate y sufre el acoso del Gallo.

Más allá de grescas, enfrentamientos y duelos, todo termina bien, y las parejas le sacan lustre al piso del patio, al compás del dos por cuatro.

Está muy bien ambientado este sainete. El director monta escenas en las que todos y cada uno de los actores tienen su momento de lucimiento, mecanismo que le imprime ritmo a la puesta.

Y lo más jugoso: las emocionadas palabras de Roberto Conte tras los aplausos del público que colmaba la sala, resumiendo el objetivo del hecho teatral. Si no lo sabe él, animal de teatro como es, con más de 30 años al frente de este grupo, ¿entonces quién? Entretener con buenas armas, divertir, emocionar, promover la reflexión, olvidar por poco más de una hora, las vicisitudes del “mundo real” para zambullirse en un universo de ficción, en una mentira consensuada entre actores y espectadores. Tarea cumplida, Maestro. Sobradamente.

Para terminar, citemos al mismísimo autor: “Y el que se atreve a decir que no hay arte en un sainete, no sabe dónde se mete, ni por dónde ha de salir” .

Fuente: EL DIA

El Argentino, sin La Bohème, baja el telón

 

FINAL DE TEMPORADA

Finalmente, se anunció ayer la cancelación de la ópera de Puccini. En su lugar, dos galas líricas gratuitas

16 de Diciembre de 2015

Después de semanas de especulaciones, finalmente el Teatro Argentino anunció ayer la cancelación de las funciones de “La Bohème”, la ópera con la que se había programado el cierre de la temporada artística. En su lugar, el primer coliseo bonaerense ofrecerá dos galas líricas gratuitas con las que bajará el telón de este 2015.

“El Teatro Argentino de La Plata comunica que por causas de fuerza mayor han debido ser canceladas las funciones de la ópera ‘La Bohème’ de Giacomo Puccini que habían sido programadas para el jueves 17, viernes 18, sábado 19 y domingo 20 de diciembre próximos”, explica el comunicado oficial emitido ayer, poniendo fin a la gran incertidumbre generada en torno a estas presentaciones.

Según se informó, las personas que hayan adquirido entradas para cualquiera de las funciones podrá solicitar la devolución del importe en la boletería del Teatro, de martes a domingos, de 10 a 20, o a través del sistema online TuEntrada.com.

En lugar de “La Bohème”, este fin de semana se ofrecerán dos galas líricas que marcarán el cierre de la temporada artística actual.

Previstas para el sábado a las 19.30 y el domingo a las 18.30 en la Sala Alberto Ginastera, serán dirigidas por Carlos Vieu e intervendrán la Orquesta Estable, el Coro Estable –que prepara Hernán Sánchez Arteaga-, el Coro de Niños –que encabeza Mónica Dagorret- y un grupo de destacados cantantes solistas.

Entre ambas fechas, se interpretarán oberturas, intermezzos, coros, arias, dúos y sextetos de las operas “Nabucco”, “La Traviata” y “Rigoletto” de Verdi, “Manon Lescaut” y “Tosca” de Puccini, “Romeo y Julieta” de Gounod, “Carmen” de Bizet, “El Barbero de Sevilla” de Rossini, “Lucia di Lammermoor” de Donizetti y fragmentos y el segundo acto completo de “La Bohéme” de Puccini.

Participarán los cantantes solistas Gustavo López Manzitti, Oriana Favaro, Carlos Esquivel, Daniela Tabernig, Mario De Salvo, Luciano Miotto, Francisco Bugallo, Hernán Iturralde, Marina Silva, Juan Carlos Vals, Gustavo Gibert, Jaquelina Livieri, Emiliano Bulacios, Alberto Jáuregui Lorda, Víctor Castells, Pablo López, Lucero María Galeano y Sofía Blassetti.

Las entradas serán gratuitas pero deberán ser retiradas desde una hora y media antes del inicio de cada función, hasta agotar la capacidad de la sala, de la Oficina de Informes.

PARA AGENDAR
QUE: Galas líricas
CUANDO: Sábado a las 19.30 y domingo a las 18.30
DONDE: Sala Ginastera del Teatro Argentino
ENTRADAS: Gratuitas, hasta agotar capacidad de la sala, desde una hora y media antes de cada función
Guía de cines
Agenda

Fuente: EL DIA

martes, 15 de diciembre de 2015

Duelo de tango en el cuadrilátero

 

“LA TRIFULCA”

Una original comedia tanguera para reflexionar sobre problemáticas sociales actuales

15 de Diciembre de 2015 
Las dos parejas se enfrentan en duelos de diferentes categorías

Antes de iniciar una prometedora gira por Estados Unidos y Europa, “La Trifulca” tendrá una última función en la Ciudad este jueves, a las 21, en Sala 420.

Dirigida y producida por Eugenia Arrosio Tangorra, se trata de una original propuesta teatral que, en tono de comedia, presenta un duelo entre dos parejas tangueras, inspirada en las competencias de tango que desde el humor y la parodia cuestiona los estereotipos sociales.

Protagonizada por Ana Paula Sanchorena, Pablo Freund, Matías Lausada, Matías Galina, Pablo Tamburella, Ulises Delle Ville, Flavia Tidoni, Guadalupe Appella, Pablo Requena y Fernando Joan Lissé, además de la participación especial de Reynaldo Díaz de Castro, la obra busca reflexionar acerca de problemáticas actuales como la corrupción, el abuso, el machismo, la opresión, la discriminación y la violencia.

En “La Trifulca”, Lulú y Osvaldito Murano son una pareja de bailarines que luego de haber participado en innumerables torneos del conurbano y alrededores, han llegado a la final del Campeonato Nacional de Tango en Cuadrilátero para batirse a duelo con Grisel y Justo Argentino Caballero, quienes son amados por el público, sobre todo del norte del país, tras haber estado recientemente de gira por los pagos de la familia Caballero.

Las dos parejas se enfrentan en duelos de diferentes categorías para que el Juez Leo Garcón juzgue qué pareja merece ganar.

En la obra se muestran reflejados en los personajes distintos actores sociales actuales que identifican nuestra cultura desde la parodia de sus características. Así, entre líneas, se dejan ver la corrupción del juez, el “coimero”, el que “mira a otro lado”, el abusado, el machista, la mujer oprimida, el hombre oprimido, la mujer que usa sus atributos físicos para conseguir el triunfo, la desigualdad de género, la relación edípica, la discriminación del porteñismo hacia los argentinos que habitan zona rurales, la justicia por mano propia como consecuencia de injusticias repetidas, la anarquía y violencia que eso conlleva, la justicia social por falta de una autoridad competente y respetable que ponga orden, el voto popular, el periodismo abriendo los ojos de los ciudadanos incentivando al espectador a tomar partido dándole un rol activo, entre otras problemáticas.

Fuente: EL DIA

Del infierno al paraíso

 

15 de Diciembre de 2015 
Los niños protagonistas de “Paraíso” en el Teatro Princesa
Por Nicolás Isasi

Nicolás IsasiAriadna, Kiara, Demian, Zaira, Franco, Nicolás y Carlos son los protagonistas de esta historia. Ellos conforman un grupo de pequeños actores (no mayores a los 15 años) que enfrentan una aventura tanto épica como real que intenta rescatar pasajes del texto dantesco mezclados con su vida cotidiana.

“Paraíso” surge de un taller barrial infantil de Los Hornos en el marco de un Proyecto de Investigación Orientado dependiente del CONICET. A partir de una lectura sobre extractos de “La Divina Comedia” del escritor italiano Dante Alighieri, los niños se preguntaron y expresaron el deseo de realizar una obra de teatro en conjunto. El grupo de trabajo compuesto por Juan Manuel Unzaga, Germán Retola y Viviana Ghezzi, cuenta con Beatriz Catani como directora y dramaturga. Catani trabaja como investigadora y docente, es egresada de historia en la UNLP y de dramaturgia en la EMAD.

La obra se llevó a cabo en El Princesa, un misterioso teatro ubicado sobre la diagonal 74. Posee una antigua pero hermosa fachada que pareciera dar la idea de un lugar cerrado o abandonado. Pero dando la vuelta por la calle 4, no todo es así como aparenta. Desde allí se puede acceder al complejo teatral independiente constituido por diversas salas o ámbitos escénicos distribuidos a lo largo y a lo ancho. No hay en todo el teatro un solo escenario con caja a la italiana como el espectador imagina.

Sin embargo, y justamente en una de esas salas, se hallaba un grupo de chicos sentados en unas sillas tamaño infantil, que leían con gran concentración mientras el público avanzaba y se acomodaba en las gradas. El lugar oscuro solo dejaba ver la pasión por estos chicos. Una vez todos ubicados, se cerraron los libros uno a uno de forma intercalada, con un fuerte golpe. Los niños se levantaron y los juntaron en una torre.

Allí comienza una serie de planteos, comentarios, sugerencias y preguntas sobre cómo hacer una obra de teatro, que luego se extenderá a la idea de realizar un documental, con cámara en mano incluida. Desde la forma hasta los lugares, cada interrogante tiene la inocencia y la agilidad de -no actores- que claramente disfrutan aquello que hacen. Entre risas, miradas cómplices y textos olvidados, los pequeños tienen una impronta espontánea que agiliza y desdramatiza ciertos parlamentos de índole adulta. Aunque algunos de los diálogos tienen que ver con su visión de la realidad. Hasta uno podría suponer que ciertas líneas fueron dichas explícitamente por ellos en algún momento de los ensayos.

La disposición de los pocos elementos escenográficos plantea un espacio de acción claro entre la casa y la escuela. Las sillas, el perchero con mochilas y el proyector (que también sirve como recurso para el momento documental) representan el lugar de estudio, de pensamiento y de reflexión, mientras que unas carpas verdes, un piso de madera terciada y unos colchones desvencijados recrean sus propias casas.

Del infierno al paraíso, como supuso Dante en su obra maestra, parece ser el camino que transitan estos niños desde la terrible inundación que devastó la ciudad hace unos años, a la realidad que los vincula en el día a día. Dejando de lado los métodos y técnicas actorales, la manera en que cada uno de estos chicos representa su propia experiencia como actor, lo genuino de sus gestos y sus interpretaciones, hacen que cobre vida este largo camino que es la vida.

Fuente: EL DIA

sábado, 12 de diciembre de 2015

Vangelina Rimenver y sus primas

ESPECTÁCULOS | TEATRO EN LA PLATA

Por IRENE BIANCHI 

VANGELINA RIMENVER Y SUS PRIMAS

Anahí Carnevale despide su año teatral en compañía de sus personajes femeninos, capitaneados por la inefable “Vangelina”, compendio de gracia, ingenuidad y ternura. Este show humorístico-musical se ofrece hoy a las 21.30 en 34 entre 27 y 28.

Fuente: EL DIA

martes, 8 de diciembre de 2015

Una obra de arte musical

 

“Chopin & Schumann’s, el encuentro”

8 de Diciembre de 2015 
Escena de “Chopin & Schumann’s: el encuentro”

Irene Bianchi

Chopin & Schumann’s: el encuentro. Libro y dirección: Rubén Martinez. Elenco: Paula Almerares, Rubén Martinez, Alan Kwiek, Gervasio Ledesma, Ana Chaves, Andrés Peláez, Cecilia Isas, Néstor Villoldo, Ana María Haramboure, Francesco Bianchi, María Paz Abiuso. Diseño de iluminación: Esteban Ibanec. Vestuario: Teatro Argentino. Sala Armando Discépolo, calle 12 entre 62 y 63.


Ruben Martínez subtitula su propuesta: “una obra teatral de música clásica”. Y eso es “Chopin & Schumann’s: el encuentro”, un muy válido pretexto dramático para deleitar a los melómanos con piezas románticas, y a la vez adentrarse en la vida privada de las dos figuras emblemáticas que dan título al espectáculo.

El joven Robert Schumann toma clases de piano con el Maestro Wieck, padre de la talentosa Clara, quien luego se convirtiera en su joven esposa. El personaje de Wieck, interpretado por Néstor Villoldo, funciona como relator, nexo entre el escenario y la platea, que rompe la cuarta pared y va narrando el devenir de los acontecimientos.

Ya casados, Clara (Ana Chaves) y Robert (Alan Kwik) reciben a un querido colega, Frédéric Chopin (Gervasio Ledesma). La admiración es mutua. El joven Chopin sufre de pánico escénico, y goza en cambio tocar para esta pareja, en el cálido y acogedor clima de su hogar. Chopin resalta el talento de su anfitriona, autora de preludios, fugas, lieder, y un concierto para piano, en una época en que la composición musical era casi privativa de los hombres.

Llegan los hijos, y el retrato es el de una familia armoniosa y feliz. Sin embargo, con el correr de los años, Robert comienza a sufrir de depresión, y su salud física y mental se deteriora irreversiblemente, con episodios de alucinaciones que lo atormentan y varios intentos de suicidio. Muere a los 46 años, internado en un sanatorio neuropsiquiátrico.

Su viuda, ya mayor, interpretada por Ana María Haramboure, además de ocuparse de la crianza de sus hijos, sigue dando clases de piano y mantiene una relación fluida con los virtuosos de la época.

Tal la síntesis argumental de “Chopin & Schumann’s: el encuentro”, que permite el lucimiento de eximios intérpretes, como Kwiek, Ledesma, Andrés Peláez en piano y de la joven violinista Cecilia Islas. Más dos perlitas: los niños Francesco Bianchi y María Paz Fernández Abiuso, personificando a los hijos de Clara y Robert, deliciosos en sendas interpretaciones.

Sin duda, la frutilla de la torta es la maravillosa voz de Paula Almerares, que seduce con “Todas las noches te veo en sueño”, “Desde los viejos tiempos”, “Quiero hundir mi alma”, y el impecable dúo con Rubén Martinez, “Wiegenlied: canción de cuna”.

Esta lograda incursión dramática del tenor Ruben Martinez, quien también se pone en la piel de un personaje, nos da la posibilidad de gozar del inconmensurable placer estético que brindan las maravillosas composiciones de los más grandes exponentes de la música romántica del siglo XIX. Chapeau!

Fuente: EL DIA

El oficio más antiguo pasó por La Plata

 

8 de Diciembre de 2015 
“La irredenta”, con dirección de Carolina Huerta

Por Nicolás Isasi

La inusual fila de gente sobre la calle 44 un domingo por la noche, en medio de un fin de semana largo, da cuenta de la devoción que el público platense muestra por el teatro. Al entrar al Teatro El Escape, donde se mostraba “La irredenta”, la música de un violonchelo y un piano presenta las condiciones de la escena: una mujer abatida sobre sus piernas sollozando en el silencio de la noche.

La obra plantea una relación irritante y por momentos patética entre 3 mujeres y un travesti que ejercen la prostitución. La acertada escenografía de Lucila Ortega y Florencia Speroni fue fiel al texto con una casa de pocos recursos que deja entrever la vida cotidiana de estos personajes, entre viejos cortinados, varios muebles destartalados, paredes con vetustos empapelados, algún que otro vestido sobre el perchero y una vieja foto que intenta mantenerse firme a su marco a pesar de las constantes caídas.

El texto de Beatriz Mosquera (dramaturga y profesora de filosofía) presenta cuatro personajes que muestran la miseria humana en todas sus aristas. Luisa “La Irredenta”, como la llaman en su entorno, parece sensible, dispuesta y cambia de parecer a cada instante. Es débil pero soñadora y parece no perder la esperanza aún cuando puede llegar a perder la visión. Azucena es una ilusa que pretende encontrar al príncipe azul en uno de sus clientes. Se viste de princesa y tiene la valija preparada para mudarse y formar un hogar con niños alrededor. Dolores hace honor a su nombre: un travesti que atraviesa su peor momento tras la pérdida de su antiguo novio. En honor a él, imita animales y llora por todos los rincones. Por último se encuentra Lola, madama y líder del grupo, que regentea y lleva el registro de todos los clientes. Es la que recibe el dinero y la que reparte las ganancias. Organiza, propone, dirige y también imparte la desgracia. Sus palabras son duras y a veces hieren. Pero todas están sometidas entre sí.

Cada una lucha por ser feliz a pesar de las circunstancias, pero ninguna lo consigue. Se mienten las unas a las otras vendiéndose una falsa felicidad, tan artificial como el maquillaje que usan noche tras noche para seducir. En última instancia, no es más que una máscara que disfraza la mentira. La decisión de incluir música en la obra, mérito de Carolina Huerta, la directora, aporta soltura y dramatismo en diversas escenas. El constante cambio de ritmos acentúa la inestabilidad, por momentos desmesurada, que el propio texto propone.

Las interpretaciones dejaron en claro las diferencias actorales en cada uno de los protagonistas. Luisa fue dúctil y llegó a ser sutil en ciertos momentos pero al igual que Dolores, caía en la sobreactuación. El caso de Azucena fue creciendo a medida que avanzaba la obra y vale destacar se atrevió a un desnudo parcial, a pesar que en el texto original propone sea completo. La actriz en la piel de Lola fue verosímil, dinámica y de gran histrionismo llevando el mando de esta puesta. Entre velas, muñecas, ropas y unos vasos de whisky, La Irredenta logró salirse con la suya y enfrentar su destino, sin dejar de ser aquella misma mujer.

Nota blog: Teatro Escape, ubicado en calle 44 entre 23 y 24, número 1443. 

Fuente: EL DIA

sábado, 5 de diciembre de 2015

Cuarto de teatro

 

5 de Diciembre de 2015 
Estación Provincial 17 y 71/Instagram

IRENE BIANCHI

Un divertido e innovador formato teatral en donde varias obras de quince minutos son representadas simultáneamente en sesión continua, ante un reducido número de espectadores que comparten el espacio con los actores. Jugando además con la posibilidad de pasar rápidamente de una historia a otra en tan sólo un abrir y cerrar de puertas. En cada cuarto se encuentra un mundo diferente. 

Actores y directores: Augusto Pablo Grosso, Constanza Sozzé, Diego Viladerbó, Emilia Iacovino, Georgina Azul Pocai, Glenda Pocai, Horacio Jaume, Javier Ortiz, María Cecilia Agnusdei, Pamela Suárez. Fotógrafos: Carla Hornos, Claudia Cafiero, Cristina Crisóstomo, Eva Velázquez, Florencia Ramos, Inti González Mesples, Julian Higuera Mucuara, Marcelo Qualina, Marcos Audisio, Nazareno Robilotta, Paola Giorno, Pichi Mel Liza, Valeria Muda. Música y narración: Gazel Zayad. 

Cinco obras de teatro, tres muestras fotográficas, música en vivo. Hoy de 20 a 24 en la Estación Provincial, 17 y 71, con entrada libre y gratuita. Entrada a las obras $25 por función.

Fuente: EL DIA