10.02.2014 | ENTREVISTA a JUAN RODÓ Y PAULA ALMERARES
La prestigiosa cantante lírica y uno de los principales actores de la comedia musical se unen en Pasos de amor, el musical de la paz.
Por:
Diego Gez
Desde un primer momento, la escena es importante. Mientras todo un teatro se prepara, cuatro actores ajustan diálogos, escenas y movimientos para lo que será la función de una obra que agrupa a cuatro figuras mundialmente conocidas, y que por arte de la ficción están juntas en un mismo escenario.
Pero volvamos a la escena donde el personal de un tren en el que viaja un joven negro le avisa que tal vez deba ceder su asiento a otro pasajero, muy probablemente un blanco, según le avisan no de muy buena manera. Inmediatamente, tres de sus compañeros circunstanciales intervienen, rebelándose contra una práctica que de segregación tiene bastante de manual.
El joven negro es Martin Luther King, y sus compañeros Mahatma Gandhi, Teresa De Calcuta y Juan Pablo II, para más detalles. Ellos son el nervio y núcleo de Pasos de amor, el musical de la paz, que con libro de Rafael Jijena Sánchez y música de Gabriel Senanes, protagoniza Juan Rodó junto a Paula Almerares, donde propone conocer íntimamente y por medio de canciones, la vida previa de cuatro personalidades históricas que de manera casual realizan un viaje en tren, siempre previo al momento trascendental en el que sus vidas cambiarán para siempre.
En el camino se dilucidarán perfiles, sentimientos, tendencias y hasta revelaciones que nos permitirán observar –y entender– por qué esos cuatro jóvenes deambuladores cambiaron la historia para siempre, al punto de ser recordados como íconos más que sobresalientes de nuestra contemporaneidad.
Entrevistar a Rodó y a la cantante lírica Almerares, vértices centrales de la historia que sucede de miércoles a domingo en el Teatro El Nacional, es hacerlo con dos intérpretes que derrochan entusiasmo. Más allá de los éxitos de cada uno (Rodó encabezó los principales éxitos del género musical en Argentina; Almenares triunfó internacionalmente en el exigente mundo de la ópera), se nota de manera notoria que disfrutan lo que hacen, y no solamente cuando suben al escenario. En la previa posan para las fotos con la disposición que pocos tienen, la misma que exhiben cuando en un teatro vacío y con los técnicos como únicos testigos, develan su bienestar teatral con esta obra.
"Me parece que es un espectáculo muy interesante, porque habiendo transcurrido una semana de su estreno se cuentan cosas inéditas en el teatro musical. Creo que abarca una temática que a la gente le hace bien, y esto dicho por el público que nos vino a ver. En la mayoría de los casos nos agradecieron el espíritu y temática de una obra que trata sobre los valores de la paz, aunque además de eso también está lo artístico, que le da un valor especial por la música, por su compositor, por quienes están en escena, por la escenografía y por todo el despliegue de montaje que tiene esta obra que es sorprendente e inesperado para el público", remarca Juan Rodó.
–¿Qué géneros musicales abarca la obra?
Juan Rodó: –Muchos, porque tiene una gran variedad que está sustentada en que cada personaje tiene un origen diferente. En el caso de Martin Luther King, sus canciones son más orientadas al jazz, gospel y negro spiritual. Cuando hablamos de Gandhi, sus canciones tienen connotaciones hindúes, y en los otros hay más bien baladas, como en toda comedia musical. Hay algún momento cercano al rock en una composición grupal, y esto lo que hace es presentar a la obra como un abanico amplio de estilos. Mucha variedad en el discurso musical, y además me parece que aporta otro contenido que en los musicales no se piensa tanto como en este caso.
–¿Cuál por ejemplo?
Juan Rodó: –Se hace hincapié en los orígenes de los personajes, y no solamente para hacer una canción linda, sino para hacer un tema que tenga mucho que ver con la historia y el personaje.
–¿Y cómo sitúan sus roles en la historia?
JR: –La historia tiene una línea de tiempo que es muy interesante.
Paula Almenares: –Eso es lo que a mí me fascina, porque es muy compleja, ya que tiene un relato que va y viene todo el tiempo. Es algo apto para televisión pero en el escenario es algo difícil de lograr.
–¿Es puro flashback entonces?
JR: –Claro, y desde ahí parte todo. Por lo tanto, la gente que observa la obra desde el primer minuto puede ver a un hombre, el guarda del tren a quien interpreto, que está en cama bajo el cuidado de su mujer, en este caso Paula. Luego el público se entera que este guarda, que hace su último viaje, conoce a todas las personas, en especial a los cuatro que mencionamos, que en ese momento no son famosos pero que serán, más tarde, individuos importantísimos para el futuro de la humanidad. Mi personaje es interesante porque es testigo vivencial de una transformación de alguien que será vital para el resto de los seres humanos.
PA: –A mí, el personaje que hago me encantó porque ella confía mucho en su marido. Cree sumamente en todo lo que dice. Otra de las sorpresas es que luego de un tiempo, él se encontrará con todas esas personas que ya son grandes referentes de la humanidad.
–En el desarrollo de ustedes, ¿cuán importantes fueron las vidas de la gente que toca la obra?
PA: –En mi caso muchísimo, porque siempre hay un momento en la vida en el que, más allá de cualquier creencia, necesitas alguna ayuda espiritual, o algún camino a tomar ante ciertas circunstancias que la misma vida te va llevando. Todos ellos fueron personajes que le han dado mucho a la humanidad, por lo tanto, todo lo que se pueda tomar de ellos siempre va a sumar al espíritu y al momento en el que uno se sienta mal. Y también en los momentos en los que te puedas sentir bien será de esa manera. Eso es lo que me pasó a mí, además de conocerlos con anterioridad. Por eso, cuando Juan sintió la energía del productor Fernando Marín al presentarnos el proyecto, nosotros pudimos entenderlo. Se trata de personas muy importantes que aún continúan dando un mensaje, especialmente para los jóvenes.
JR: –Aprendí mucho de ellos. Me enteré de sus profesiones, por ejemplo que Gandhi fue abogado o Karol Wojtyla, actor y dramaturgo. Todos ellos tuvieron un proceso de transformación que nos afectó a todos. Me impactó la apertura de ellos hacia las señales, porque el guarda se siente influenciado por ellos y su mensaje. Eso es otra cosa importante porque uno puede modificarse en cualquier momento de su vida por palabra, acción o gesto de los demás. Hay que estar atento para que esa instancia nos permita evolucionar.
–Por ese lado, entonces, también surgieron los desafíos.
PA: –Creo que cada noche y función es un desafío. Eso es lo genial de un artista porque tiene la posibilidad de conocer algo nuevo desde lo temático, y en mi caso, lo vocal.
JR: –Porque estos personajes no se arman en el estreno sino que constantemente se van construyendo. Si algo tengo claro es que con el guarda que interpreto, al ser un personaje siempre se vuelve complicado. Lo más poderosos o malos son más fáciles.
–¿Qué creen que esta obra le aportará al mundo de los musicales en Argentina?
JR: –Para mí, novedad, porque se trata de una temática nueva. Yo jamás me hubiese imaginado algo así en un contexto de musical. Después, lo que observo, es que pensando lo que significa la comedia musical, es que la gente no se espera la sorpresa que tiene esta obra. La respuesta de muchos es que se van plenos porque el teatro otorga muchas sensaciones, y a veces uno puede irse como turbado luego de ver un espectáculo. Este no es el caso, porque acá se van en paz y la gente agradece que se traten valores como los que toca el espectáculo.
PA: –La gente se va llena y una se siente emocionada. En la ópera se da mucho a partir de la historia que hay, pero en esto, que es todo tan real, se puede sentir otra prosa. Creo que acá se puede dar la unión de dos públicos, dos universos que no son tan diferentes. «
La primera experiencia en musicales
Paula Almenares está naciendo como figura central de un musical con Pasos de amor. Para todo el universo del mundo de la ópera, es la soprano que compartió escenario con Alfredo Kraus, Plácido Domingo y muchos otros, dejando su estela expresiva en el Colón o en el Metropolitan Opera House de New York.
Ahora encara su primera experiencia en un espectáculo musical afirmando que lo determinante de la propuesta fueron el mensaje y la música de la obra.
"Tuve una experiencia hermosa invitada por Sandra Mihanovich y Marilina Ross, donde puede experimentar la reacción de otro público. Siempre tuve la necesidad de que otros conociesen lo que es la ópera. Así, hice las canciones para ellas y conocí el público del pop que, post función, me preguntaba dónde iba a cantar. Enseguida les dije que iba a hacerlo en el Teatro Argentino de La Plata, entonces ese público me fue a ver ahí también. Eso es genial porque desde chica tuve la oportunidad de conocer géneros como el rock, lo melódico, la ópera, el musical o la prosa, y ahora tengo esta posibilidad de unificar públicos. Esta semana vino a verme mucho público del mundo de la ópera y del Colón. Me parece algo genial que de a poco se va abriendo."
Un sinónimo del género en la argentina
Juan Rodó. Su nombre es sinónimo del musical en Argentina y sus trabajos protagónicos junto al tándem Cibrián/Mahler toda una carta de presentación formal.
Cuando se lo consulta a Juan Rodó sobre la actualidad de la escena de los musicales locales, su diagnóstico es más bien precavido sobre el tema. "Hay cada vez más musicales, eso es verdad. Pero es mucho más difícil poder mensurarlo porque el teatro está en caída por la realidad económica que vivimos. Es muy difícil ver una consolidación porque la realidad nos confunde. De todas maneras, hay gente que puede descubrirte en todo momento. A mí me dijeron que me descubrieron con Las mil y una noches, aunque antes hice Drácula por mucho tiempo. Y todo eso pasa porque la gente despierta a este género yendo al teatro, de a poco, porque no se trata de un género masivo, como puede ser el de prosa que ya tiene su público."
Sin embargo, cuando se le menciona a Rodó que siempre se estrenan en nuestra calle Corrientes varios musicales, Rodó asiente, conoce al público afecto al género, y analiza los tiempos en que la realidad no era como en estos días. "Antes era otra cosa porque había uno solo y todos iban a verlo como moneda más corriente. Ya sabemos que las temporadas tienen un principio y un fin, aunque uno desearía que fuese más largo. La verdad es que el público se agota y, hoy por hoy, eso es lo que sucede, existe un límite marcado por la realidad.
–Encabezaste varios éxitos, ¿cuál volverías a hacer?
–Drácula, seguramente. Fuera de eso, recuerdo al personaje de La bella y la bestia, que me apasionó como historia y porque siempre quise hacerlo. Pero también tengo ganas de hacer otras cosas porque las debe haber.
¿Dónde?
EL NACIONAL
La obra Pasos de amor, el musical de la paz se presenta de miércoles a domingo en el Teatro El Nacional, Avenida Corrientes 960.