14.03.2012 | Entrevista a Natalie Pérez
Es una de las actrices de la nueva camada que probó suerte en la televisión y el cine, y hoy se luce en uno de los protagónicos del musical El diluvio que viene. Dice que trata de ser completa en su trabajo y por eso estudia baile y canto.
Por:
Fernando Álvarez
Dos horas antes de la función, Natalie irrumpe en el lobby del teatro, sube al escenario donde descansa la imponente (y giratoria) escenografía de Daniel Feijoo, y se dirige luego a su camarín para maquillarse y hacer las pruebas de sonido que requiere El diluvio que viene, el espectáculo que se presenta en la Avenida Corrientes. Verborrágica y con una sonrisa que transmite el placer previo a su labor teatral, se mira al espejo y recibe a Tiempo Argentino para hablar de la nueva versión de un clásico.
–¿Habías visto la versión anterior del espectáculo?
–Para mí esto es nuevo ya que no había nacido cuando se estrenó la pieza original. Esta sala es maravillosa y estar acá es realmente un premio. Este es un clásico con un mensaje universal. Es una obra que te llena el alma y tiene un elenco espectacular integrado por Juan Durán, Pablo Nápoli y Julia Calvo. Somos 30 artistas en escena.
–¿Te nutriste de las puestas anteriores?
–Nos dieron el DVD de la versión original de El diluvio... pero reconozco (risas) que nunca la vi. Lo haré a fines de marzo cuando termine la temporada. Esta versión cuenta con la dirección de Manuel González Gil y la estrenamos el año pasado en Mar del Plata. En realidad, nos dieron el material como guía para ver las coreografías y la estética general. En mi caso, preferí comenzar de cero y no sentirme influenciada por una imagen anterior. No quería imitar el personaje que encarnó Vicky Buchino, sino buscar otra Clementina.
–¿Qué te deja este personaje?
–Clementina significó un crecimiento personal y artístico porque no me animaba a cantar en público y acá tuve que hacerlo. Este es un musical universal y novedoso. Hay que estar atento porque pasan muchas cosas sobre el escenario.
–Tu papel juega fuerte con todos los personajes...
–Sí, para mí fue un desafío y me dio la seguridad que antes no tenía arriba del escenario. Nunca imaginé poder cantar en vivo y cada día lo hago mejor. El secreto es comenzar a gustarse uno mismo y, después de tantas funciones me encamino a eso.
–¿Cómo ves el auge del género musical en nuestro país?
–Trato de hacerme tiempo para visitar a otros elencos. Vi Por amor a Sandro, Excalibur y Casi normales. Me parecen apuestas muy interesantes porque este género es muy complejo y no le gusta a todo el mundo. Son obras largas, de tres horas y dos actos. En lo personal lo disfruto mucho y me dan ganas de subirme al escenario cada vez que veo uno.
–El público tambien está aprendiendo a ver musicales, a conocer sus códigos...
–Totalmente de acuerdo. Es un proceso que lleva tiempo. El diluvio que viene es un musical realista y de estructura clásica. Pero tenés que entrar en la sintonía de las canciones y las coreografías.
–¿Qué cambios crees que tuvo este nuevo diluvio?
–El personaje de Clementina que hacía Vicky Buchino era lanzado, pero era otro contexto y se veía diferente. Me dijeron que el que interpreto es fuerte y además seduce –inocentemente– al padre Silvestre (Juan Durán). Se modificaron cosas que uno como artista va negando. El autor y director actualizó algunas temas (el celibato) e hizo la voz de Dios, un Dios con un carácter importante. Es un personaje de fuerte presencia que transmite mucho sin estar en escena.
–¿Te sentís una actriz-cantante o una cantante-actriz?
–A los diez años le dije a mi mamá que quería actuar. Hoy me considero una actriz que trata de ser completa, y por eso me preparo en canto y baile. Tomo muchas clases.
–¿Te tienta la popularidad que da la televisión?
–No quiero ser famosa sólo por el hecho de serlo. Me gustaría que me reconozcan por mi trabajo. Si te referís a Bailando..., a mucha gente del medio le fue bien. Pero no es una meta, aunque me encantaría aprender a bailar un ritmo nuevo todos los días porque es un entrenamiento exigente.
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