Una de las imágenes en las que se puede vislumbrar la belleza del lugar donde se realizó el film
Con sello de la UNLP29.01.2011 | La productora platense Vindicta Films rueda su ópera prima en el Amazonas. "Ellos no pueden gritar" está dirigida por el brasileño Orange Cavalcante da Silva
Original por donde se la mire, empezando por contar que fue rodada en el Amazonas, la película Ellos no pueden gritar es una coproducción entre Argentina y Brasil que tiene su sello platense: los tres fundadores de la productora de cine independiente Vindicta Films, son estudiantes de la UNLP.
Pero mejor que enumerar las particularidades que tiene este film de horror "shock exploitation" es conocer todos los detalles de este ambicioso proyecto en la voz de uno de sus realizadores, Guillermo Martínez, Jefe de Producción y Prensa, quien considera que lo distinto de este film está "en la historia y en como la mostramos". Partiendo de un género que nació y se realiza desde hace décadas, en Ellos no pueden gritar no se muestra violencia "sólo por el hecho absurdo de mostrarla sin sentido.
Es un punto de inflexión, a mi parecer, entre todas las películas independientes que se han visto hasta el momento, porque estaremos reconstruyendo un suceso jamás contado en la historia del cine, estaremos mostrando un acontecimiento que el mundo no ve, como es lo que ocurre con los delfines de agua dulce en el Amazonas, su captura, matanza, violación y su comercio posterior para rituales, drogas y amuletos que en el año 2011, sucede a espaldas de todos y nadie se hace cargo". Basándose en hechos reales, este producto mostrará "lo que sucede con el imperialismo norteamericano sobre el Amazonas" con la intención de "impactar" y "concientizar" al público.
La dirección del film es de Orange Cavalcante da Silva (27), nacido en Amazonas y creador de Vindicta Films, la productora que también idearon el brasileño Adriano Campos (de San Pablo) y el platense Martínez, todos estudiantes de la carrera de Cine de la UNLP.
La trama. Lo que se puede contar del argumento es que los protagonistas de la historia son biólogos extranjeros que llegan en barco a la selva Amazónica, en busca de hierbas para sus estudios e investigaciones. La situación se les complica porque no respetan las advertencias, "creyendo estar ante la presencia de una cultura inferior".
Este grupo de científicos se topa con personas que practican la zoofilia con los delfines de río ("no son los delfines que todos conocemos, son delfines de agua dulce y de color rosa"-aclaró el productor-) y dejan de lados sus estudios para "irrumpir ante esa situación y hacer de la suyas dentro de la selva, grabar todo y luego comercializarlo como cualquier video". Pero, lo que no se imaginaban estos biólogos era que se iban a encontrar con "una familia fuera de lo normal, que los perseguirá, atrapará, torturará y hará de sus vidas un verdadero infierno terrenal", explicó Martínez, que junto a sus compañeros quiere recalcar y mostrarle al público ("además de la protesta en contra del comercio, violación y matanza de los delfines de agua dulce, algo que queremos reconstruir y denunciar desde la ficción), lo que es "la invasión y la falta de respeto hacia una cultura desconocida como es la amazónica". El director Orange Cavalcante da Silva plasmó ese mensaje desde el guión y aunque en la película se verán "situaciones extremas propias del género", lo que ocurre en el Amazonas en cuanto al dominio extranjero "es algo verídico que ocurre hoy en día, y realmente triste".
Conexión. El vínculo que existe entre Vindicta Films y el Brasil para que se pueda llevar adelante la grabación de Ellos no pueden gritar, surgió a partir de del director, oriundo del Amazonas, que estableció contacto con empresas del país vecino "como Petrobrás, la intendencia del pueblo, canales de TV, los actores y todos los medios posibles que estuvieran interesados en cubrir y apoyar la realización del film" dijo Guillermo Martínez. Todos ellos se presentaron personalmente ante los integrantes de la productora y de manera natural "se fue preparando todo para rodar la película, pagarla, publicitarla y demás. Solo restaba ir, reunirnos las veces que hacía falta antes del rodaje para tener todo en su lugar, y comenzar. Realmente, no nos resultó demasiado complicado", contó el productor platense, quien además agregó que fue de gran ayuda el premio que obtuvieron el año pasado en el Festival de Paraíso de Brasil, porque eso les dio "bastante masividad" y colaboró a la hora de obtener "beneficios, subvenciones y el apoyo de toda la ciudad".
–Teniendo en cuenta que es la ópera prima de la productora, ¿cómo vivió la etapa de preparación, el viaje y trabajar en la selva de Brasil?
–El hecho de realizar nuestra primer película, para un cineasta es como tener un primer hijo, y agregarle el "plus" de rodarla en un lugar tan exótico y paradisíaco como es el Amazonas, ya de por sí es excitante, motivador y desafiante. En cuanto a preparación, parte del equipo viajó hacia allí y otros nos quedamos a trabajar la mayor parte del tiempo desde La Plata, como es mi caso. Durante el rodaje debo encargarme de todos los temas de publicidad y prensa, ya sea en diarios, revistas, radio, webs, tanto nacional como internacionalmente. Una vez organizado todo desde lo guionístico y todos los aspectos restantes de la pre-producción (locaciones, presupuesto, plan de trabajo y plan de rodaje, vestuario, equipo técnico), restaba viajar hacia el Amazonas.
Tras pasar por la ciudad de Manaos, una de las más importantes de Brasil, viajamos en barco hasta llegar a Tefé, uno de los municipios más grandes del país, donde vive el director. Desde allí, un pequeño viaje en lancha hacia la selva Amazónica, lugar donde rodaríamos la película. La propia locación tiene sus "problemas" naturales, principalmente la vegetación, la fauna y el clima, tres aspectos que se deben tener muy en cuenta a la hora de rodar y trabajar junto a un equipo tanto técnico como humano, en un lugar particular como es el Amazonas. Animales peligrosos recorren el lugar, también hay plantas venenosas, plagas de insectos y tormentas, por eso hay que tomar los recaudos necesarios, especialmente en el manejo del equipo técnico, debido a que la locación natural es un ambiente con barro, polvillo y vegetación, que puede dañar el equipo y a nosotros mismos.
Rodamos desde las siete de la mañana hasta que comienza a oscurecer, cerca de veinte horas. Tanto la pre-producción como el rodaje, son momentos únicos. El Amazonas es un lugar mítico, un paraíso con millones de lugares por recorrer, investigar, conocer… es algo inexplicable. Los actores, son oriundos del Amazonas, así que nadie mejor que ellos para ocupar los roles, ya que conocen el lugar desde niños. Pero más allá de todos estos aspectos, rodar una película de terror en un paraíso semejante, no tiene comparación.
El género. La película Ellos no pueden gritar comenzó a rodarse el 25 de diciembre de 2010 y, según estiman los realizadores, aún quedan dos meses de grabación: "terminaremos a principios de marzo y luego comenzaremos con la post-producción en La Plata. Y, si todo sale como lo esperamos, tendremos su posterior distribución para la venta en DVD", detalló el integrante de Vindicta Films.
–Si tuviera que explicar con sus palabras que es un largometraje de horror "shock exploitation", categoría en la que ubican a este producto, ¿cómo lo haría?
–El cine "exploitation" es un sub-género dentro del mismo género, ya sea documental, terror o acción. Se trata de películas que, a través de la violencia explícita y fuera de lo común, tratan de mostrar una realidad de la manera más fiel posible y conmocionar al público, de ahí surge lo de "shock". Su contenido puede ir desde sexo, violaciones, torturas, castraciones y situaciones de las más perversas, siempre con el objetivo de mostrar un acontecimiento "verdadero" y recorrer el sistema nervioso de quien lo mire. Es un cine de impacto, no apto para sensibles.
–¿Podría mencionar tres cosas que no le pueden faltar a una película de terror?
–Uno de los aspectos fundamentales en una película de terror, a mi parecer, es representar lo más fielmente posible, la presencia o figura del "mal", sea la temática que fuere (fantasmas, espíritus, muertos vivientes, asesinos, extraterrestres, animales). El trabajo con la iluminación es otro ingrediente que no puede faltar: un perfecto claroscuro en una penumbra, algo clásico que a mi parecer nunca falla. Los efectos de sonido, imprescindibles. Y algo de lo más importante es la presencia de lo "desconocido", y ahí es donde entra en juego lo que podría denominar un buen "suspense". Lo que no se conoce de un criminal, un asesino, ese otro lado fuera de cámara que no vemos. Y solo resta decir, que el elemento para completar este circuito, es la imaginación del espectador.
El plan es estrenar esta producción en el mes de octubre y, debido a que se trata de un film independiente, el objetivo es "que logre el mayor éxito posible y se haga conocida tanto en la ciudad, en el país y en los festivales extranjeros, que se hable de ella, que se la reconozca".
Fuente: http://www.elargentino.com/nota-124290-medios-122-La-productora-platense-Vindicta-Films-rueda-su-opera-prima-en-el-Amazonas.html