sábado, 21 de agosto de 2010

Una dolorosa reflexión sobre Buenos Aires

Andrea Garrote, Alberto Suárez, Rafael Spregelburd y Mónica Raiola, el magnífico elenco que da vida a un grupo de seres destruidos

Sábado 21 de agosto de 2010 | Publicado en edición impresa LA NACION

Buenos Aires. Autor y director: Rafael Spregelburd. Intérpretes: Andrea Garrote, Mónica Raiola, Rafael Spregelburd y Alberto Suárez. Vestuario: Julieta Alvarez. Escenografía e iluminación: Santiago Badillo. Asistencia de dirección: Pablo Seijo. En La Comedia (Rodríguez Peña 1062). Los sábados, a las 20.30, y los domingos, a las 19. Duración: 60 minutos.
Nuestra opinión: muy buena

Profundamente oscura, aunque de a ratos la risa intente distanciar algunos acontecimientos muy patéticos. Severa en su mirada sobre la ciudad y sus habitantes, sean locales o extranjeros. Demoledora en su crítica. Buenos Aires , la nueva producción de Rafael Spregelburd, promueve una fuerte inquietud y hasta, por momentos, parece una creación extraña dentro de la producción general del autor.

Un nuevo turista llega a Buenos Aires. Proviene de Gales -con un secreto muy bien guardado- y se instala en una vieja casona donde conviven ya dos personas. Ellos son atractivos como personajes. Dos seres perdidos en el mundo que parecen haber encontrado una posibilidad de salvación. Irreal, delirante, pero salvación al fin. Intentan estafar a la Nasa y conciben para ello unos planes muy desopilantes. Un cuarto personaje va y viene entre ellos: la empleada de una inmobiliaria, custodia de esa casa, y quien permite que la reunión de esos individuos se vaya consolidando, día tras día, mes tras mes, de manera intensa.

En Buenos Aires los acontecimientos se suceden con rapidez. Los diálogos son muy creativos, ágiles; igual que esa acción que progresa a un ritmo avasallante, por momentos. El delirante mundo que se construye dentro de ese espacio conmociona de inmediato y una profunda tensión se instala con fuerza.

Buenos Aires habla del mal vivir, de los sueños perdidos, de las esperanzas escondidas, de las mentiras que se hace necesario construir para alimentar algo de una pobre vida. Allí se revelan aspectos inesperados de una pequeña comunidad que trascienden de manera dolorosa y hasta posibilita fantasear con que esa mínima realidad esté construyéndose, también, en el interior de tantas y tantas casas de esta ciudad.

Un magnífico elenco da vida a estos seres destruidos. Cada uno construye su mundo con mucha seguridad y, puestos en fricción, dan rienda suelta a la imaginación de un espectador que observa, siente y se conmueve con tantas situaciones delirantes que van apareciendo y que, muy de a poco, van posibilitando descubrir la verdad de esos hombres y mujeres devastados.

Un marco escenográfico ideal -el interior de una habitación real en La Comedia- potencia ese devenir dramático que, finalizada la función, deja como marca una profunda soledad.

Carlos Pacheco

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1296513

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