Una de las escenas de la pieza que hoy se verá en la ciudad (izquierda) y el protagonista de la historia (derecha)
19-03-2010 / La adaptación de la obra de Eugène Ionesco está dirigida por Mauro Molina
El rey se muere empezó como un trabajo de proyecto de graduación de Mauro Molina, que se recibió de la carrera de Dirección y Puesta en Escena en la Escuela Metropolitana de Arte Dramático (EMAD) justamente por esta obra, que hoy a las 21.30 trae a La Plata y que se podrá ver en el escenario del Centro Cultural El Núcleo (6 Nº 420).
La elección de esta pieza de Eugène Ionesco se debió, en primer lugar, a que Molina viene trabajando "desde hace bastante" con diferentes autores: "a medida que pasó el tiempo traté de ponerme desafíos cada vez mayores. Hice Boceto para teatro, de Samuel Beckett, que fue nominada a los premios Estrella de Mar 2009 como Mejor espectáculo teatro off, y este año trabajar con Ionesco fue un desafío mayor desde lo textual, un trabajo todavía más comprometido", según le explicó el joven director a Diagonales.
También contó que para poder "encarar" este trabajo como correspondía recurrió a actores "formales, académicos, la mayoría de ellos pertenece al Instituto Universitario Nacional de Arte (IUNA)". Ellos son Facundo Cardosi, Valeria Tercia, Lucía Urriaga, María Viau, Joaquín Baldín y Darío Peralta.
Pero el motivo que quizás más influyó en Mauro Molina para abordar su trabajo de graduación con la obra de Ionesco fue, según él mismo expuso, que "hay, básicamente, algo que viene de mí, que no sé qué es y que me lleva a un lugar: me lleva al absurdo". Luego manifestó que, en realidad, le gusta "bastante" todo el teatro, pero en el absurdo encuentra “un lugar y aunque esta obra no es cien por ciento absurdo, es lo cercano a eso. Y me parece interesante, porque me gusta el teatro de vanguardia que produjo ruptura y los autores de postguerra que tienen esta cosa de propuesta de lenguaje diferente". Por eso tanto en este caso con Eugène Ionesco o como en su momento fue con Samuel Beckett, Molina encuentra "cosas muy lindas para trabajar y muy difíciles de encarar, creo que es un desafío permanente y que alguna vez nos pegaremos un palo, pero eso está dentro de las reglas del juego".
–Buscó que la pieza conserve bastante del original, ¿cuál diría que fue su sello?
–Yo intento ir a fondo con lo que el autor propone y una vez que siento que eso está logrado, produzco la ruptura. En este caso, Ionesco produjo una ruptura existencialista: él culmina la obra no dejando nada, diciendo que después de la muerte hay un vacío y además rompe con el lenguaje naturalista. Y yo lo que hago es volver al naturalismo, dejando en pie un living de esta época, llamémosle un living, volviendo al naturalismo y denotando de lo que ha triunfado por ahora es el naturalismo y la burguesía.
Lo que más le interesaba a Mauro Molina, y que también lo cuenta en el blog de la obra (elreysemuere.blogspot.com) era trabajar "algo que tuviera que ver con la existencia inauténtica, retomando a Heidegger y transformando a este supuesto rey en un hombre común".
Cuando el director se refiere a "este supuesto rey" habla, nada más y nada menos que del protagonista de la obra, Berenguer, que imagina que es rey y que ha creado un mundo a su medida. Pero cuando su corte "se agrieta y él ha perdido su poder ante la presencia inminente de la muerte", se producen distintas reacciones de sus allegados más cercanos: su primera mujer, Margarita, y su médico intentan conseguir que él acepte que está en el final de su vida, mientras su segunda mujer, María, pretende ocultarle la realidad. Pero también está Julieta, enfermera y sirvienta, y el Alabardero, que según Molina "parecen ser los únicos que saben lo que ocurre en ese lugar y son gente como todos nosotros".
Los interesados en conocer la obra El rey se muere, sólo tiene que acercarse a El Núcleo y ver la pieza. "Se van a encontrar con una obra que tiene humor y con una obra que los va a invitar a reflexionar desde otro lugar, que es el lugar de verse reflejado uno mismo ahí", anticipó el director.
Fuente: http://www.elargentino.com/Content.aspx?Id=82581
El rey se muere empezó como un trabajo de proyecto de graduación de Mauro Molina, que se recibió de la carrera de Dirección y Puesta en Escena en la Escuela Metropolitana de Arte Dramático (EMAD) justamente por esta obra, que hoy a las 21.30 trae a La Plata y que se podrá ver en el escenario del Centro Cultural El Núcleo (6 Nº 420).
La elección de esta pieza de Eugène Ionesco se debió, en primer lugar, a que Molina viene trabajando "desde hace bastante" con diferentes autores: "a medida que pasó el tiempo traté de ponerme desafíos cada vez mayores. Hice Boceto para teatro, de Samuel Beckett, que fue nominada a los premios Estrella de Mar 2009 como Mejor espectáculo teatro off, y este año trabajar con Ionesco fue un desafío mayor desde lo textual, un trabajo todavía más comprometido", según le explicó el joven director a Diagonales.
También contó que para poder "encarar" este trabajo como correspondía recurrió a actores "formales, académicos, la mayoría de ellos pertenece al Instituto Universitario Nacional de Arte (IUNA)". Ellos son Facundo Cardosi, Valeria Tercia, Lucía Urriaga, María Viau, Joaquín Baldín y Darío Peralta.
Pero el motivo que quizás más influyó en Mauro Molina para abordar su trabajo de graduación con la obra de Ionesco fue, según él mismo expuso, que "hay, básicamente, algo que viene de mí, que no sé qué es y que me lleva a un lugar: me lleva al absurdo". Luego manifestó que, en realidad, le gusta "bastante" todo el teatro, pero en el absurdo encuentra “un lugar y aunque esta obra no es cien por ciento absurdo, es lo cercano a eso. Y me parece interesante, porque me gusta el teatro de vanguardia que produjo ruptura y los autores de postguerra que tienen esta cosa de propuesta de lenguaje diferente". Por eso tanto en este caso con Eugène Ionesco o como en su momento fue con Samuel Beckett, Molina encuentra "cosas muy lindas para trabajar y muy difíciles de encarar, creo que es un desafío permanente y que alguna vez nos pegaremos un palo, pero eso está dentro de las reglas del juego".
–Buscó que la pieza conserve bastante del original, ¿cuál diría que fue su sello?
–Yo intento ir a fondo con lo que el autor propone y una vez que siento que eso está logrado, produzco la ruptura. En este caso, Ionesco produjo una ruptura existencialista: él culmina la obra no dejando nada, diciendo que después de la muerte hay un vacío y además rompe con el lenguaje naturalista. Y yo lo que hago es volver al naturalismo, dejando en pie un living de esta época, llamémosle un living, volviendo al naturalismo y denotando de lo que ha triunfado por ahora es el naturalismo y la burguesía.
Lo que más le interesaba a Mauro Molina, y que también lo cuenta en el blog de la obra (elreysemuere.blogspot.com) era trabajar "algo que tuviera que ver con la existencia inauténtica, retomando a Heidegger y transformando a este supuesto rey en un hombre común".
Cuando el director se refiere a "este supuesto rey" habla, nada más y nada menos que del protagonista de la obra, Berenguer, que imagina que es rey y que ha creado un mundo a su medida. Pero cuando su corte "se agrieta y él ha perdido su poder ante la presencia inminente de la muerte", se producen distintas reacciones de sus allegados más cercanos: su primera mujer, Margarita, y su médico intentan conseguir que él acepte que está en el final de su vida, mientras su segunda mujer, María, pretende ocultarle la realidad. Pero también está Julieta, enfermera y sirvienta, y el Alabardero, que según Molina "parecen ser los únicos que saben lo que ocurre en ese lugar y son gente como todos nosotros".
Los interesados en conocer la obra El rey se muere, sólo tiene que acercarse a El Núcleo y ver la pieza. "Se van a encontrar con una obra que tiene humor y con una obra que los va a invitar a reflexionar desde otro lugar, que es el lugar de verse reflejado uno mismo ahí", anticipó el director.
Fuente: http://www.elargentino.com/Content.aspx?Id=82581
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