Julieta Vallina una artista que se multiplica con estilo y talento arriba del escenario y fuera de él
Por Verónica Pagés
"Yo apuesto a hacer todo lo que pueda, porque el trabajo genera más trabajo y es una exposición que ayuda a que te sigan convocando." Julieta Vallina arrasa de entrada con cualquier romanticismo sobre la vida del actor y tira sobre la mesa números: "Muchos creen que porque hace cuatro años estamos a sala llena con "Mujeres soñaron caballos" nos hemos llenado de oro. Pero en una buena función sacamos alrededor de 25 pesos. No está mal, pero no alcanza. Actualmente, con las seis funciones que hago por fin de semana, no llego a los 350 pesos por mes".
Julieta habla mucho y rápido por el envión que trae y del que no termina de despegarse. Viene de ensayar un semimontado que en una semana estará en el Goethe; después de la entrevista con Vía Libre se irá a una reunión para delinear los últimos detalles del trabajo que, con José María Muscari, está por emprender en el Konex. Y eso que es lunes y apenas comienza su descanso semanal, porque es realmente durante el fin de semana cuando Julieta está a full.
"Para muchos es una locura que me queje, sé que estoy en una posición privilegiada, pero vivir de la profesión es muy difícil, y eso que al estar con Daniel (Veronese) tengo la posibilidad de hacer giras en el exterior que balancean un poco la historia: un día como arroz; al siguiente, almuerzo en un restaurante increíble en Berlín." Sin duda Julieta es una privilegiada y muchos envidiarían trabajar en los proyectos de la magnitud en los que está involucrada: "Un hombre que se ahoga", versión de Veronese de "Tres hermanas", de Chejov; "Poses para dormir", de Lola Arias; "La forma que se despliega" y "Mujeres soñaron caballos", también proyectos del director de El Periférico.
Para llevar adelante semejante actuación (con la delicadeza, la ductilidad y el tremendo talento que despliega) se desdobla en dos cada viernes, sábado y domingo. "A pesar de que ha sido bárbaro el crecimiento, lo real es que este año fue muy duro para mí. A veces le digo a mi psicólogo: «Yo juego a que soy actriz, mientras tanto mi papá me manda plata para poder comer»", expresa sin filtros Julieta, que apenas toca el café que se enfría irremediablemente.
No hay por qué dudar de su preocupación por lo económico, pero sería imposible imaginarla con ese ritmo si no fuera por el placer que entra en juego cada vez. "Es muy divertido y, pese a lo que se pueda suponer, bastante sencillo el traspaso entre papel y papel: es como si entraras en una fiesta de casamiento..., saludás a los novios, y después en un velorio..., no te va a sorprender que todos estén más callados. Funciona así, cuando llego y veo a mis compañeros, el cuerpo va solo." Para comprobarlo basta verla en una misma jornada pasar de ser una seductora piromaníaca en "Poses..." a escucharla tocar el violín convertida en el Andrei de Chejov.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/651142-cuerpos-multiples