jueves, 28 de octubre de 2004

Historias y leyendas infantiles de Buenos Aires

Cultura y Educación
La narración como arranque vital

Un nuevo libro de Graciela Falbo cuenta los relatos que circulan de boca en boca entre los niños de la provincia de Buenos Aires, de la pampa húmeda a los mayores cordones urbanos del país.

Por Mariana Fossati | Desde La Plata, Argentina.
28|10|2004

Hay un libro en el que el distrito más poblado de Argentina recupera su dimensión mágica. De “Boca en Boca, Buenos Aires” nació gracias a la pluma de Graciela Falbo y en él se esconden personajes e historias transmitidas en forma oral por los pobladores del campo y la ciudad, de unos a otros, a través del tiempo. El libro forma parte de la colección "Boca en Boca", que acaba de publicar el sello local A-Z.

Por sus páginas se arrastra el basilisco, un gusano de un solo ojo que puede paralizar a quien se anime a mirarlo de frente, revolotean las almas en pena que vagan por los campos, reviven los espíritus piratas de los barcos hundidos, vuelve a oscilar la piedra movediza de la ciudad de Tandíl, y recorren páginas y renglones la Viuda y el Hombre Gato, esos personajes que de tiempo en tiempo reaparecen en las ciudades, atemorizando a niños y adultos.

El libro incluye diez narraciones que la autora recopiló de investigaciones sobre la cultura indígena, de trabajos antropológicos, de los relatos de sus allegados, oriundos de las diferentes localidades de la provincia, y de su propia memoria como habitante de ese territorio.

“Empecé a darme cuenta que muchas historias de esta provincia reaparecían en otras, que venían de otras culturas también, tanto de Latinoamérica como de Europa. Entonces todo era un poco aleatorio, cada una tomaba su color local. Pero también encontré otras muy locales, nacidas entre nosotros", dijo Falbo sobre la etapa de rastreo y búsqueda de materiales.

Las fuentes del trabajo de Falbo, que también es profesora de Escritura Creativa de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata, también son de naturaleza variada. Así por ejemplo, las voces piratas fueron recogidas de un libro con título prometedor, “Leyendas de los barcos hundidos”.

Cada uno de los relatos tiene un ritmo, un color, una voz diferente. Son, dijo la autora, "lo que la historia misma pidió para convertirlos en narración". Al trabajar con el basilisco, Falbo no pudo darle otro tono que el humorístico: “al primero que oí hablar sobre este personaje fue a Fontanarrosa (dibujante y humorista argentino) y no pude evitar la risa. Entonces mi historia no pudo evitar el humor".

En el caso de la historia de ese hombre vestido de negro, con rasgos felinos, que solía recorrer las calles de La Plata -ciudad donde nació y vive la autora- y que popularmente fue bautizado Hombre Gato, Falbo apeló a su memoria y se permitió una licencia. "Era mi infancia, era mi Hombre Gato, porque yo lo había vivido, y desde allí trabaje el tema. Me gustó participar, aunque en general no practique una escritura autorreferencial".

A lo largo de toda su producción literaria, que incluye numerosos libros para niños, poemas y relatos para adultos, la autora escribe para un lector al que imagina inteligente. “Cuando se habla de literatura para chicos la mayoría de la gente piensa en una literatura boba. Para mí no es eso, yo lo tomo como un desafío igual al de cualquier otra literatura. Me interesa este lugar porque siento más libertad", dijo Falbo.

¿Para qué escribir literatura infantil cuando socialmente se dice que los niños y jóvenes no leen?

Falbo desecha esa creencia: “veo que los chicos leen, que han comprado los libros, y no los han leído por imposición, porque sino no podrían hacer las preguntas que hacen. Me cuentan sobre lo que están escribiendo, sobre lo que están haciendo. Si un chico habla desde ese lugar es porque lee. Si lo niños no leyeran no se hubiese producido un fenómeno como el de Harry Potter, el libro para niños que se convirtió en récord de ventas en todo el mundo".

Graciela Falbo se recuerda como una niña lectora de colecciones de cuentos. Mucho tiempo más tarde, la niña que garabateaba poemas y ganaba concursos literarios en la escuela, cumplió su sueño de escribir al asistir a un curso sobre literatura infantil.

En uno de aquellos encuentros la profesora leyó un cuento de la autora argentina Laura Devetach. “Yo escuché y dije, quiero escribir eso. Llegué a mi casa y comencé a plagiar lo que había oído. Lo escribí sabiendo que era un plagio y que no servía para nada más que para canalizar un deseo de escritura”, recordó Falbo.

“A partir de ese cuento seguí escribiendo, buscando otra forma. Al principio mi escritura estaba muy pegada a la de Laura, pero luego se fue despegando. Encontré otros caminos, otros lugares desde donde contraponerme. Así descubrí que tenía algo que decir. Encontré una voz, y cuando encontrás una voz tenés que seguir su camino”, dijo la autora de “Plox”, “¡Basta de brujas!”, “El fantasma del cañaveral”, y tantos otros libros.

Para Graciela Falbo la narración es el lugar de lo vital. Cree profundamente en que “narramos porque no queremos pensar en la muerte, porque queremos ganar la vida.” Y que por esa misma razón nos contamos historias, porque “la historia es la memoria, el rescate y el proyecto, porque es la imaginación, es una construcción de nosotros mismos, de lo que nos pasa y de cómo profundizamos los sentimientos de la época que nos tocó vivir", concluyó la autora de la flamante y creativa recopilación de leyendas populares que acaba de publicarse y que siguen circulando de boca en boca.

Fuente: http://www.prensamercosur.com.ar/apm/nota_completa.php?idnota=295

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