Romeo y Julieta perviven a través de la ópera de Gounod que se dio en el Argentino de La Plata
04.08.2004 | "Romeo y Julieta", ópera de Charles Gounod, con libreto de Barbier y Carré. Director de orquesta: Reinaldo Censabella. Dirección del coro: Luis Clemente. Régie: Marga Niec. Escenografía: Daniel Feijóo. Intérpretes principales: Paula Almerares, Enrique Folger, Federico Sanguinetti, Arnaldo Quiroga, Carlos Esquivel, Vanesa Mautner y otros. Orquesta y coro estables. En el teatro Argentino de La Plata.
El eterno mensaje shakesperiano, narrando el apasionado y trágico romance de los amantes de Verona, inmortalizado en el género literario, sedujo siempre a los compositores. Entre ellos al músico parisiense Charles Gounod (1818-1893), que una vez transitado el camino del éxito con su emblemático "Faust", basado en el poema de Goethe, y de tentar nuevamente fortuna con algunos estrenos que no repitieron ese suceso, presentó en París en 1867 su "Roméo et Juliette", convirtiéndola en una ópera favorita del repertorio francés.
UN LIBRETO EFICAZ
Apoyada en el eficaz libreto de Barbier y Carré (los mismos colaboradores de "Faust") dio relieve a la parte vocal de los protagonistas dotándoles de bellas arias y escenas con su melodismo, cálido lirismo y diestro manejo de los efectos armónicos, con grandes corales y ensambles. La versión del Argentino de La Plata tuvo efectividad y relieve en este sentido, contando con una valiosa dirección orquestal de Reinaldo Censabella que respetó el volumen de las voces y su proyección al gran ámbito de la sala, que fue mejorando la prestación de la orquesta con el avanzar de las escenas, subrayando ese comunicativo melodismo representativo de la tipología "opéra lyrique".
PAPELES LOGRADOS
En el escenario descolló una musical y comunicativa Paula Almerares, que dio al personaje de Julieta los acentos y el relieve vocal en el conocido vals "Je veux vivre" y en las restantes intervenciones, como la excelente labor del acto final. La voz lírico-ligera de la soprano platense, que viene al personaje de perillas, y la persuasiva actuación, recibieron prolongados aplausos. Muy meritorio el Romeo del tenor Enrique Folger, por el timbre vocal, los acentos líricos requeridos y el fraseo apropiado, enfrentando la ardua tesitura, logrando también la respuesta del público en la bella aria "Ah! léve toi soleil". Completaron el nutrido reparto con eficacia Arnaldo Quiroga como Teobaldo, Carlos Esquivel como Fray Lorenzo, Federico Sanguinetti (Capuleto), Vanesa Mautner (el paje Stefano) y Sebastián Sorarrain como Mercurio, luciendo por su parte el coro, preparado por Luis Clemente, mostrando afinación y ponderable nivel interpretativo. La atractiva y bien ensamblada puesta escénica de Marga Niec contó con una representativa escenografía de Daniel Feijóo, el aporte del vistoso vestuario del teatro Colón de la última reposición, y perfiló con claridad la relación antagónica entre capuletos y montescos, en el eterno tema amoroso, trágico y conflictivo de los amantes de Verona.
Néstor Echevarría
Fuente: http://www.laprensa.com.ar/300193-Los-amantes-de-un-eterno-retorno.note.aspx