jueves, 1 de octubre de 1998

Para ver la vida color de rosa

TEATRO-CRÍTICA

"(CON) CIERTOS (CON) TEXTOS", unipersonal a cargo de Carlos Juárez, estructurado con textos de Raúl González Tuñón, Wimpi, Roberto Arlt, Jorge Luis Borges, Oliverio Girondo, Mario Benedetti, Bustos Domecq, Rodolfo Walsh y Horacio Ferrer. Los sábado a las 21 en es espacio cultural "Ciudad Vieja" (17 y 71).

El teatro es -"per se"- un acto de acrobacia sin red, un salto al vacío, un riesgoso andar por la cornisa, un jugarse a todo o nada, sin guardarse ningún as en la manga. Cada función es única e irrepetible, aunque se trate de la enésima representación. Debe serlo para no caer en la mera repetición mecánica y vacía.

Como el eternamente cambiante río de Heráclito que -aunque lo parezca- nunca es el mismo, tanto por su incesante fluir como por la variable percepción del observador, el hecho teatral se concibe y se gesta a sí mismo cada vez como si fuera la primera vez.

Este descomunal desafío es aún mayor cuando se trata de un espectáculo unipersonal. No es fácil para un actor o actriz captar y mantener el interés del espectador en plena era del zapping compulsivo, utilizando la palabra como única herramienta. Sin rimbombantes efectos especiales, con una concepción escénica ascética y despojada, sin música ni una sofisticada puesta de luces que ambienten.

Es preciso contar con un enorme bagaje de recursos expresivos, elegir sabiamente los tonos, los silencios, zarandear la sensibilidad del espectador y obligarlo a transitar una variada gama de paisajes anímicos.

Carlos Juárez sale más airoso de este desafío, con su espectáculo "(CON) CIERTOS (CON) TEXTOS", que se ofrece todos los sábados a las 21.00 hs. en "Ciudad Vieja", "Pasen y vean, señoras y señores. En el circo de la vida todo el año es carnaval, Eche 20 centavos en la ranura para ver la vida color de rosa. Todos somos personajes del circo y del varieté", reitera una y otra vez, el actor, casi como un "leimotiv".

Apoyándose en relatos de probada eficacia, Juárez logra su cometido. Entretiene, divierte, conmueve, sorprende, pinta con versatilidad y sutileza una galería de personajes reconocibles y entrañables. Su unipersonal es una receta en la que combina con inteligencia, diferentes ingredientes en sus dosis justa: humor, nostalgia, misterio, ternura, romanticismo, ironía, mordacidad, locura. El resultado: un plato sabroso que vale la pena degustar.

IRENE BIANCHI

Fuente: Diario El Día (1 de octubre 1998)

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