Lunes 30 de setiembre de 1996 | Publicado en edición impresa LA NACION
PORTO ALEGRE.- Como para agregar una burbuja más a la efervescente actividad que concentra aquí la realización del festival Porto Alegre en Escena y las Segundas Jornadas Municipales de Política Cultural del Mercosur, el subsecretario de Cultura de la ciudad de Buenos Aires, Darío Lopérfido, anunció en forma exclusiva a La Nación la realización, en octubre del año próximo, del primer festival internacional de teatro de Buenos Aires. "Durante el festival se realizará el estreno mundial de una obra de Tony Kushner dirigida por Jorge Lavelli, que después de muchos años volverá a trabajar en nuestro país y con actores argentinos", adelantó Lopérfido.
La organización del festival ya se encuentra avanzada, gracias al trabajo de una comisión integrada por representantes del British Council (traerá un elenco británico), el Instituto Goethe (coordinará la participación de elencos de Alemania), los consulados de Francia y de Israel y la coordinadora del Mercosur en Escena, a través de la Secretaría de Cultura de Porto Alegre, además de la participación de Babilonia y los teatros independientes "que aportarán infraestructura organizativa y salas, que se sumarán a las del complejo Alvear, el Teatro General San Martín y el Teatro Colón", aseguró Lopérfido.
El director nacional de Teatro, Oscar Lito Cruz, también presente en esta ciudad, manifestó el interés de su área en la realización del festival y adelantó que "le vamos a pedir al secretario de Cultura de la Nación, Pacho O`Donnell, que impulse la creación de una ley de mecenazgos similar a la que existe aquí, en Brasil, por la cual se desgravan impositivamente los aportes empresarios a las actividades de la cultura, para lograr el apoyo de sponsors para el festival".
Al respecto, Lopérfido destacó el enorme avance que existe sobre el tema en Brasil. "Ellos trabajan con una concepción mucho más moderna. Los Estados están en crisis y no pueden pagar los costos totales que implica generar proyectos y actividades como ésta." En el caso del festival de Porto Alegre, la municipalidad local sólo aporta una tercera parte del millón de dólares invertido para la realización del festival. El resto es resultado de "sponsoreos" y canjes. "Brasil ha tomado la delantera gracias a una gestión cultural eficiente, producto de la participación de jóvenes expertos en el área. En la Argentina todavía no se entiende la complejidad y dificultad que implica la política cultural. Esto es lo que está tratando de cambiar la gestión de De la Rúa", agregó Lopérfido.
Los funcionarios argentinos presentes en el festival admiten sin reparos la enorme influencia que la exitosa gestión cultural brasileña ha tenido en las propuestas incluidas en las plataformas electorales para la ciudad de Buenos Aires.
"La dirigencia argentina no confía en nuestra capacidad de producción cultural de alta calidad. La ley de promoción cultural, conocida como ley Sarney, fue una de las primeras medidas legislativas tras el retorno de la democracia en Brasil. Como contrapartida, en la Argentina Roque Fernández propone la aplicación del IVA a los teatros públicos", señaló por su parte Rubén Szuchmacher, que, al igual que el director del Teatro del Sur, Alberto Félix Alberto, se encuentra activamente involucrado en la organización del próximo festival y en el diseño de proyectos conjuntos entre Buenos Aires y Porto Alegre..
"Nuestra dirigencia todavía no tiene clara la diferencia entre las necesidades artísticas y la cultura como calidad de vida, como servicio -sostuvo Szuchmacher-. Una cosa es estudiar teatro para darse un gusto y pasarla bien y otra cosa es la formación de un actor profesional. Un proyecto cultural serio debe apostar a la generación de productos artísticos de altísima calidad, más en una ciudad como Buenos Aires, que de hecho es una referencia importante para la producción cultural del resto del mundo."
Uno de los temas preferidos de conversación entre los argentinos que se encuentran en Porto Alegre gira alrededor de la impresionante presencia del proceso de integración del Mercosur en todas las actividades brasileñas, tanto económicas, como políticas o culturales. Claro: esos asuntos tienen lugar una vez superados los inevitables comentarios acerca de la lluvia inclemente y los desafíos que cotidianamente propone el enmarañado estilo portugués de esta ciudad, donde autopistas, avenidas, callecitas, y manzanas cobran formas insospechadas, toman direcciones imprevisibles y, en conjunto, aseguran la sensación de habitar en un laberinto en el que, sin una guía local, es muy posible que por ir a comprar cigarrillos se amanezca en Río de Janeiro. Algo que puede resultar de lo más agradable, seguramente.
Cotidianamente la prensa se ocupa de la situación de las economías de los países miembro, especialmente de la Argentina. El Mercosur también está presente en los discursos de campaña de la mayoría de los candidatos para las próximas elecciones municipales de todo el país, que se llevarán a cabo el 3 de octubre. Esto pese a que las negociaciones parlamentarias para lograr una reforma constitucional que permita la reelección del presidente Cardoso mantienen a las fuerzas políticas en vilo.
(Enviado especial)
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=173226