miércoles, 30 de septiembre de 1981

Naranjazos y aplausos en el Prima Rock de 1981


Diagonales / 12.09.2011 |

En el marco de los festejos por la llegada de la primavera de 1981, Virus subió al escenario a realizar su show para la segunda edición del festival Prima Rock, que se desarrolló en las adyacencias del aeropuerto de Ezeiza. Este paisaje se reproduce en la ópera prima cinematográfica del director Osvaldo Andéchaga, cuyo film se estrenó en 1982.

El creador de la película realizó el guión en forma conjunta con Mauricio Belek. La cinta pretende reflejar las expectativas generadas por el rock argentino en esa última etapa del denominado Proceso de Reorganización Nacional. Durante el rodaje, el equipo de filmación realizó entrevistas al público y a los artistas nuevos y consagrados que actuaron en el recital. En estos breves reportajes surgen dos ideas claras: la primera era el descontento de los jóvenes y los músicos con la dictadura militar. La segunda, la bienvenida a una nueva etapa de la música nacional.

De la producción participaron: Nito Mestre, Litto Nebbia, Jorge Cumbo, Dulces 16, Virus, Bernardo Baraj, Luis Alberto Spinetta-Jade y Pedro y Pablo. El producto estuvo terminado mucho tiempo antes, pero se exhibió en las salas un año después, cuando ya los entes reguladores del cine habían perdido los privilegios de censura dispuestos por los militares.

Para Virus, ésta fue la primera presentación masiva del grupo. Hasta entonces, la banda sólo había tocado en discotecas y clubes de La Plata, y en el pequeño teatro porteño Del Siglo. Sin embargo, en el encuentro –que pretendía darle continuidad al viejo B.A. Rock–, el grupo no fue bien recibido por los espectadores.

Una crónica de una revista de la época describía el instante: "La presencia de Virus es agresiva. Moura, el cantante, tiene cierto aire a Bowie. La música que realizan es ágil, rockera. El grupo se mueve en escena y la imagen de Federico es provocativa. Las naranjas vuelan buscando el destino de los músicos. Federico se entretiene con ellas. Trata de responder juguetonamente, enganchando varias de taquito. La gente los rechaza. Por momentos bajan el pulgar, luego lo suben. No serán más de mil, pero la energía es fuerte. El cantante de Virus parece contagiarse de la energía. Las naranjas no le molestan, más bien parecen divertirle."

El festival no convocó a la multitud esperada, aunque ganó la tapa de los diarios más importantes. Esa tarde, en Ezeiza, tocaron alrededor de diecisiete temas en menos de veinte minutos. Julio Moura recuerda: "Los ametrallamos, veníamos de ensayar cinco horas al día durante un año, y fuimos los que mejor sonamos, lejos".

Después del recital, al preguntársele cómo se había sentido frente al rechazo del público, Federico declaró: "Es la necesidad de protestar que por un lado es muy saludable. La misma gente que en un tema te bajaba el pulgar (yo los individualizaba porque estaba muy cerca), al tema siguiente lo levantaba. O sea, que no me podían herir porque veía que era como una actitud de protestar. Están ellos participando como público para protestar, estén quienes estén arriba del escenario".

Fuente: http://www.elargentino.com/nota-157420-Naranjazos-y-aplausos-en-el-Prima-Rock-de-1981.html

Las tablas le hicieron fuerza a la motosierra

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